La cebolla es una de las verduras más utilizadas en las preparaciones diarias. Sin embargo, al momento de comprarla, suele surgir una duda común: ¿conviene elegir la blanca o la morada? Aunque a simple vista pueden parecer similares, expertos en nutrición y gastronomía aseguran que no son lo mismo y que su uso depende del contexto culinario y de los beneficios que se quieran obtener.
Con una piel clara y una pulpa de color blanco brillante, la cebolla blanca se destaca por su textura crujiente y su sabor fuerte en crudo. Sin embargo, al ser cocida, se vuelve tierna, suave y dulzona, lo que la hace ideal para:
De piel violeta y pulpa blanca con vetas púrpuras, la cebolla morada tiene un sabor más suave y dulce que la blanca, y mantiene mejor su estructura al ser cortada en rodajas. Es la favorita para platos fríos y frescos como:
A diferencia de la blanca, tiene un sabor más suave y levemente dulce, y su mayor ventaja está en su alto contenido de antocianinas, los antioxidantes que le dan su color característico y que ayudan a proteger las células del envejecimiento y a fortalecer el sistema inmunológico. Según los especialistas, estos compuestos se aprovechan mejor cuando se consume cruda.
En cuanto a su valor nutricional, ambas variedades aportan nutrientes muy similares: contienen vitamina C, vitaminas del grupo B como la B6 y el ácido fólico, y en menor medida vitamina E. También son fuente de minerales como potasio, calcio, magnesio y fósforo, y en trazas, hierro y zinc. Además, al ser bajas en calorías, ricas en agua y con un buen aporte de fibra, resultan aliadas valiosas en cualquier dieta equilibrada.
Los expertos coinciden en que no se trata de una mejor que otra, sino de saber en qué contexto usar cada una. Si se trata de cocinar un plato caliente en el que se busca un sabor intenso, la cebolla blanca es la opción ideal. Si, en cambio, lo que se quiere es una preparación fresca, colorida y con beneficios antioxidantes, la cebolla morada es la mejor aliada. En muchos casos, incluso, combinar ambas en una misma receta puede ofrecer un equilibrio perfecto entre sabor y nutrición.
Además del sabor y los beneficios, otro aspecto a tener en cuenta es el precio. En la mayoría de los mercados, la cebolla morada suele ser más cara que la blanca, debido a su menor volumen de producción, su vida útil más corta y su creciente demanda en platos gourmet. Por eso, si bien ambas aportan beneficios, el factor económico también puede influir a la hora de elegir qué tipo de cebolla llevar a casa.
Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, en Argentina se siembran aproximadamente entre 17.000 y 20.000 hectáreas anuales por campaña, que rinden aproximadamente 600.000 a 750.000 toneladas, lo que representa aproximadamente el 1% de la producción mundial. Es por eso que conocer el producto para su elección y posterior utilización es fundamental en uno de los mercados más grandes a nivel global.