viernes, 19 septiembre, 2025

Fatboy Slim, el DJ que dejó las drogas, no quiere grabar más discos, llena estadios, fue a ver a River y suele poner un tema de Charly García

En el jardín de un coqueto hotel boutique de Palermo Hollywood, Norman Cook, más conocido en todo el mundo por su alias artístico de Fatboy Slim, enseguida comienza a hablar de su segunda pasión tras la música: el fútbol.

Es que el DJ inglés, que se presentará este viernes 19 de septiembre en el Movistar Arena porteño y luego seguirá una mini gira argentina el sábado 20 en Córdoba y el domingo 21 en Mendoza, fue el pasado miércoles al estadio Monumental a ver el partido de River contra Palmeiras.

Norman «Fatboy Slim» Cook en un coqueto hotel boutique de Palermo Hollywood, dos días antes de su show en Movistar Arena. Foto Maxi Failla

“Entramos poco antes de que empezara, ya que no teníamos tickets”, cuenta. “Es increíble el clima que se vive. ¡Es algo que no se ve en ningún lugar del mundo!”, completa, y no será la primera alusión que hará al público argento, ya que posteriormente lo comparará con los brasileros y la sentencia será lapidaria, más allá de que lo comente entre risas y susurros: “Los argentinos son mucho más divertidos que los brasileros. Es muy país muy groovy, con mucho sentido del humor y mucha energía”.

Una ensalada de hits

Mano a mano con los Chemical Brothers y The Prodigy, Fatboy Slim es el creador de un subgénero dentro de la música electrónica bailable llamado Big Beat, cuyas rítmicas bien marcadas suelen terminar con un “gran golpe” (justamente el “Big Beat”) de batería tras una serie de “quiebres” o breaks de esa misma base, condimentando una ensalada de samplers rockeros, punkies, psicodélicos, souleros y funkosos.

Fatboy Slim en vivo en Punta del Este en 2019.

Hits de los años ’90 como Rockafeller Skank o Weapon of Choice, este último acompañado por un famosísimo clip dirigido por Spike Jonze en donde Christopher Walker se luce como un bailarín sin igual. Un pasado en los años ’80 como bajista de The Housemartins, adalides pop que tuvieron su cuarto de hora con sus discos London 0 Hull 4 (que incluye temazos como Happy Hour, Sheep o Think For a Minute) y el antimonárquico The People Who Grinned Themselves to Death (con caballitos de batalla como Five Get Over Excited y la genial Bow Dow).

En 2010 sorprendió con Here Lies Love, álbum conceptual hecho en colaboración con David Byrne más cantantes como Florence Welch, Steve Earle, Cyndi Lauper, Tori Amos y Kate Pierson, entre otros, basado en la vida de la ex primera dama de Filipinas Imelda Marcos, y luego transformado en musical de Broadway.

También es famoso por sus incendiarios e históricos sets como pincha discos, con su sempiterno uniforme de camisa hawaiana y pies descalzos. Basta recordar su presentación en las playas del sur de Mar del Plata en 2005 ante 20 mil personas. Y cómo olvidar que en 2021 Wos y Ca7riel samplearon un hit suyo y bautizaron al tema Niño gordo flaco, traducción literal de «fat boy slim».

Algunos hitos de la carrera de este hombre, que café en mano, se dispone a charlar con Clarín con la amabilidad y el humor ácido que caracteriza a los británicos.

Fatboy Slim, nuevamente en Buenos Aires. Foto Maxi Failla

-¿Es verdad que no tenés más ganas de sacar nuevos discos?

-Es verdad. Me encanta ser DJ, tocar y viajar por todo el mundo, pero me cansa el solo hecho de pensar en meterme en un estudio de grabación para hacer un nuevo disco. Hacer un disco requiere una visión previa y una concentración tremenda. Creo que tiene que ver con ser padre: tener hijos implica que hay alguien más en tu vida, alguien que importa más que pasar tiempo en un estudio.

También ocurre que uno está más viejo. Ya hice un montón de discos, y muchos de esos discos están buenísimos. Quizás haya llegado el momento en el que esté vacío.

-Algunas veces pusiste en tus playlists a Charly García. ¿Descubriste algo nuevo que nos puedas anticipar que va a sonar en esta gira?

-Alguien me escribió desde Mendoza y me dijo que tenía que poner algún clásico de rock argentino en Mendoza, que es una tradición que tienen allá. Pero no quiero anticipar nada: mejor que sea una sorpresa. Cuando ocurrió lo de la canción de Charly García (N. de R.: se refiere a Hablando a tu Corazón, del disco Tango, que Charly grabó con Pedro Aznar en 1986), la persona que estaba pasando música antes que yo puso ese tema, y fue el último que puso antes de mi presentación. Me asombró el tema y la reacción que tuvo en la gente, por lo que le pregunté que era. Y me dijo que era un músico argentino llamado Charly García. Entonces lo suelo poner en mis pasadas.

Fatboy Slim en una fiesta del 2001 en Shanghai. Foto: AFP

-Alguna vez dijiste que después del Big Beat la evolución de la escena electrónica venía de la mano de ritmos como la EDM y el dubstep. ¿Cómo ves a la escena hoy?

-Ahora está pasando por lo melódico. Todo se volvió más accesible, y también pasa por subir la foto en Instagram. Eso no es energía ni pasión. La música dance tiene más que ver con el concepto de fiesta antes que con el de show o festival. Y tiene que ver con el vínculo que se genera, en mi caso, entre mi persona y la audiencia. Pretendo que haya un clima de fiesta, que todos pasemos un buen momento, y que nos divirtamos, tanto la audiencia como yo. Que sea una celebración.

-¿Existía una rivalidad en los años ’80 entre los Housemartins y los Smiths, o era algo que sólo pasaba por la prensa?

-Existía. Había una rivalidad, claro, pero era una rivalidad amistosa (risas). Siempre respeté un montón a los Smiths, pero la competencia era sana y los dos grupos eran muy buenos en lo suyo.

Sobrio y futbolero

-Hace dieciséis años que estás sobrio. ¿Cuál fue el momento en el que tu cabeza hizo “clic” y dejaste de consumir drogas y alcohol?

-En parte fue por el hecho de haber formado una familia. No es que mi mujer me dijo “Tenés que cortar”, pero yo lo sentí así. Y también fue auto preservación. Fueron muchísimos años con esa rutina. En algún momento hay que parar.

Fatboy Slim es famoso en todo el mundo por sus sets como DJ. Foto Maxi Failla

-Sos muy futbolero. Estuviste en los mundiales de Japón y Corea, Sudáfrica y Brasil, y no en Rusia. ¿Fuiste al de Qatar?

-No fui a Qatar. Me pasó algo similar a lo que me pasó con Rusia: no estoy de acuerdo con su sistema político. En las visuales de mis shows suele aparecer la bandera del arco iris y otra simbología LGBT, y son cosas que en ambos países están prohibidas. No voy a modificar mi puesta en escena por ellos, y en solidaridad con mis amigos gays no fui.

-¿Tenés planes de ir el año que viene a los Estados Unidos?

-¡El tema es que los Estados Unidos se están transformando en algo similar a Rusia! Con Donald Trump, el país está tomando una dirección muy mala. Y algo similar pasa con el Reino Unido: tenemos un pésimo gobierno, y del otro lado a los malos de Nigel Farage esperando con ansiedad que todo se vaya al demonio. Son todos seres horribles y estúpidos: no le dan nada a los que menos tienen y sólo trabajan para los ricos. Si llegan al poder, pueden llegar a ser peores que Thatcher. No están interesados en conducir un país: están interesados en su propio ego.

FatBoy Slim en el Persona Fest de 2017 en Buenos Aires. Foto Rolando Andrade Stracuzzi

-¿Aún tenés acciones del Brighton Football Club? ¿Qué pensás de Alexis Mac Allister?

-Aún tengo un 1% de las acciones. Estoy comprometido con la fundación de caridad del club, pero soy una suerte de mascota para todos (risas). Mac Allister es un hombre hermoso. Fue grandioso tenerlo y demostró mucha lealtad para los hinchas y el club. Cuando ganó la Copa del Mundo era parte del Brighton, y debo decirte que me pone muy feliz con todo lo que está haciendo en el Liverpool.

-¿Cómo fue la experiencia de haber hecho un remix de Acredita no Véio, un single de Pelé?

-No lo conocí a Pelé, pero sí me mandó una camiseta. Te digo la verdad: ¡no tenía idea que había hecho música ni que grababa discos! Pero tenía una voz interesante. Fue algo cool. Lo mismo que cuando pasé música en el casamiento de Ronaldo. Era muy impresionante: fue en un chateau increíble en París, muy refinado. Pero al final fue como todos los casamientos, con toda la gente borracha, las corbatas como vincha y todos haciendo el trencito en el Carnaval Carioca (risas).

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