viernes, 19 septiembre, 2025

Día Mundial de la Seguridad del Paciente: el papel crucial del ciudadano en proteger su salud

Cada 17 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, una jornada que busca poner de relieve la importancia de los sistemas que garantizan que los tratamientos médicos sean lo más seguros posible. Dentro de estos mecanismos se encuentra la farmacovigilancia, un sistema que complementa los rigurosos controles de laboratorio con la experiencia real de pacientes y profesionales de la salud.

En Argentina, este proceso se gestiona a través del Sistema Nacional de Farmacovigilancia (SNFVG) de la ANMAT, cuya función es detectar, evaluar y prevenir problemas relacionados con el uso de medicamentos y vacunas. La seguridad de estos productos no termina con su desarrollo; se mantiene a lo largo de toda su vida útil, y la participación de la comunidad es esencial en este proceso.

El rol de los pacientes

La farmacovigilancia se apoya en la notificación espontánea, voluntaria y confidencial de sospechas de reacciones adversas. Esta información puede ser reportada por instituciones de salud, organismos públicos, la industria farmacéutica y, cada vez más, por los propios pacientes y sus familias.

«Cuando un paciente informa un efecto adverso, está contribuyendo a que el sistema de salud sea más seguro no solo para él, sino para miles de personas que reciben el mismo tratamiento. Reportar es un acto de responsabilidad colectiva que contribuye a la seguridad y calidad de los medicamentos», explica Hector Casado, experto en farmacovigilancia.

Cada reporte, por mínimo que parezca, puede ser crucial. La información recopilada permite ajustar prospectos, añadir advertencias, restringir usos o implementar medidas especiales para proteger a los pacientes. La notificación de cualquier reacción, esperada o inesperada, o de interacciones con otros fármacos, alimentos o alcohol, fortalece el sistema y permite una mejor comprensión de cómo funcionan los medicamentos en la vida real.

«Cada notificación es valiosa. Ayuda a quienes somos parte del sistema de salud a entender mejor cómo funcionan los medicamentos, a anticipar riesgos y a mejorar los tratamientos que ya existen. Incluso aporta al desarrollo de nuevas terapias. Reportar no solo protege, también hace que la salud avance», agrega Casado.

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