POLÍTICA
El Concejo aprobó una ordenanza que prohíbe la actividad en zonas claves del centro y licita el control del estacionamiento.
El Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que prohíbe la actividad de naranjitas en espacios públicos. La norma fue impulsada por el intendente Pablo Cornet. El objetivo es erradicar prácticas abusivas que durante años intimidaron a vecinos y comerciantes.
Los cuidacoches operaban sin regulación y cobraban por ocupar la vía pública. La ordenanza busca recuperar el control del espacio que estaba a merced de extorsionadores. La medida se aprobó con apoyo del PRO y Hacemos Unidos, pese al rechazo kirchnerista.
El texto pone fin a un modelo informal que toleró amenazas disfrazadas de «colaboración». La decisión recibió respaldo de sectores productivos hartos de la impunidad. El municipio ahora avanzará con una concesión privada para regular el uso de la calle.
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Sistema medido, licitado y controlado
El nuevo sistema de estacionamiento estará a cargo de una empresa elegida por licitación. La zona de aplicación incluye Goycoechea, Derqui y Río de Janeiro. También abarca puntos estratégicos del centro, donde la presión de los naranjitas era mayor.
La medida permite transparentar el cobro y cortar con el negocio paralelo que lucraba sin rendir cuentas. Desde el Ejecutivo confirmaron que el proceso será público. La prioridad será garantizar seguridad y orden para vecinos y visitantes.
En Córdoba capital ya se impulsa un proyecto similar para terminar con estas mafias. El legislador provincial Gregorio Hernández Maqueda promueve una ley en ese sentido. Cada vez más municipios avanzan en la misma dirección, hartos del descontrol.
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Un intento por blanquear lo que nunca debió existir
La ordenanza prevé un plan de integración solo para quienes ya ejercían la actividad. Deberán sumarse a cooperativas o entidades registradas legalmente. No podrán seguir operando como hasta ahora ni cobrar por cuidar autos sin autorización.
El gobierno local busca contener posibles reclamos sociales con una salida institucional. Pero deja claro que la calle ya no será zona liberada para extorsionar vecinos. Los naranjitas en Villa Allende, ya no tendrán espacio para amenaza a cordobeses y turistas.
La medida fue celebrada por comerciantes y residentes que padecían amenazas a diario. Las quejas por cobros compulsivos y daños a vehículos eran constantes. Con esta ordenanza, Villa Allende recupera el control sobre su espacio público.
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