El conflicto entre Rosario Central y Newell’s sumó un nuevo y provocador episodio este jueves, cuando hinchas del Canalla colgaron un pasacalle en la sede del club rojinegro que intensificó una polémica ya instalada: el castigo impuesto a un grupo de chicos por fotografiarse con Ignacio Malcorra.
El mensaje, que apareció colgado en la puerta del estadio Coloso del Parque, fue directo y cargado de ironía: “Solo querían una foto con papá”. El cartel, firmado por “A$store: con los chicos no”, alude al episodio que involucra a seis niños de la escuelita de fútbol, quienes fueron sancionados internamente por haberse sacado una imagen con el futbolista de Central semanas atrás.
La sanción, que supuestamente incluía una suspensión de tres meses y la pérdida de becas, generó repudio generalizado en redes sociales y una fuerte repercusión nacional. La frase final del cartel, que alude a una supuesta paternidad deportiva de Central sobre Newell’s, no hizo más que echar leña al fuego.
marcorra newells
Mientras el club intenta reencauzar la situación bajo un enfoque educativo, parte de la hinchada leprosa interpretó el gesto como una provocación intolerable. El llamado “Malcorra-Gate” se convirtió en una cuestión institucional, social y deportiva.
El comunicado de Newell’s por la polémica con Malcorra y los niños del club
La provocación desde la vereda de enfrente llegó en medio del intento del club rojinegro por desactivar la crisis. En las últimas horas, la Lepra emitió un comunicado oficial en el que negó haber impuesto una sanción formal a los menores y aseguró que la medida adoptada fue una pausa en los entrenamientos, acordada con los padres, “para proteger la integridad emocional de los chicos”.
“Desde el primer momento, la comisión directiva mantuvo un diálogo abierto y respetuoso con las familias involucradas”, expresó la institución, que también aclaró que los niños siguen siendo parte de la institución y que no hay ninguna medida disciplinaria escrita en su contra. El club añadió que se prevé una nueva reunión con las familias para seguir dialogando y contener a los menores.
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No obstante, el pasacalle encendió las alarmas entre las autoridades de seguridad locales, que siguen de cerca el desarrollo de los acontecimientos ante la posibilidad de que el conflicto escale aún más en un contexto de histórica rivalidad.
Lo que comenzó con una simple foto entre niños y un futbolista, hoy desata un enfrentamiento que excede lo futbolístico y pone a prueba los valores formativos de las entidades deportivas. La ciudad de Rosario, por ahora, observa con preocupación cómo una anécdota juvenil escala a niveles de tensión insospechados.
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