Cerca de 400.000 personas en el puerto y cientos de barcos acompañando a las embarcaciones ofrecieron un tremendo espectáculo en la salida de la 62 edición de la tradicional regata Sydney-Hobart. Lo que era una fiesta de la náutica en aguas oceánicas de golpe se fue transformando en una tragedia. Los partes meteorológicos advertían de un “frente de tormenta agresivo” del cual tomaron nota los participantes de la tradicional regata Sydney-Hobart, aunque nadie imaginó el desenlace. En la madrugada del viernes australiano se había confirmado la muerte de dos de los veleristas, en ambos casos tras ser golpeados por las botavaras, en las proximidades de la costa de Nueva Gales del Sur. La botavara es un largo palo horizontal en la base de la vela. Va unido al mástil y sirve para sostener y guiar la vela mayor.
De acuerdo con las informaciones, el primer participante estaba a bordo del Flying Fish Arctos y murió poco antes de la medianoche del jueves. El segundo velerista, que iba en el Bowline (SA), falleció poco antes de las 2 de la madrugada del viernes. Las dos muertes no fueron los únicos incidentes ocurridos durante la noche. Un miembro de la tripulación a bordo del Porco Rosso fue arrastrado por la borda, pero fue rescatado por sus compañeros. El yate se vio obligado a retirarse.
La botavara permite a las tripulaciones controlar la forma y el ángulo de la vela en respuesta a los vientos y puede girar rápidamente alrededor del mástil en caso de registrarse fuertes ráfagas.
“Flying Fish Arctos navegaba aproximadamente a 30 millas náuticas (55,5 kilómetros) al este-sureste de Ulladulla cuando ocurrió el incidente”, dijo un comunicado del Comité de Regatas de Yates Sydney Hobart. “Los miembros de la tripulación realizaron RCP, pero no pudieron reanimar a su compañero de tripulación”, aseguraron.
Bowline, dijo el comunicado, estaba aproximadamente a 30 millas náuticas al este-noreste de Batemans Bay cuando los miembros de la tripulación fueron golpeados.
“Como estos incidentes están siendo tratados por la policía acuática y todavía no se ha contactado a todos los miembros de la familia, no podemos proporcionar más detalles en esta etapa”, amplió el comunicado.
“Nuestros pensamientos están con las tripulaciones, la familia y los amigos de los fallecidos”. El buque policial Nemesis estaba escoltando al Bowline a Batemans Bay, según el comunicado, y se estimaba que llegaría a las 7 horas del viernes por la mañana.
Muchos abandonos y hondo pesar
Entre los barcos que abandonaron por las condiciones climáticas estuvo el líder de la regata y favorito para ganar la competencia, Master Lock Comanche, que se retiró con una vela mayor dañada, el mismo problema que hizo caer a URM Group y Centennial 7. En el último de los registros, se informó que 17 de los 104 regatistas se habían retirado. Los problemas, en rigor, habían comenzado el miércoles, cuando ya se habían retirado algunas embarcaciones, aunque en esa ocasión se reportaron sólo algunos heridos y roturas de mástiles.
David Jacobs, vicecomodoro de The Cruising Yacht Club of Australia (CYCA), dijo: “Es inusual que se retiren tantos barcos grandes. Ya llevamos como 14. “Caer por la borda es aterrador, hacerlo de noche es diez veces más aterrador”. Y amplió sobre la seguridad: “Siempre queremos mejorar la seguridad donde sea posible, por lo que haremos una investigación. Y si hay algo que los barcos puedan hacer para intentar evitar que esto suceda, lo implementaremos”.
La Oficina de Meteorología emitió una advertencia de viento fuerte durante la noche, con velocidades de viento de alrededor de 25 a 30 nudos entre Sydney y Ulladulla y olas de aproximadamente 2 a 3 metros de altura en algunas áreas.
El primer ministro compartió sus condolencias a las familias de los dos marineros. “Nos hemos despertado tristemente con la tragedia en la Sydney-Hobart con la terrible noticia de que dos tripulantes fallecieron. La carrera es una tradición australiana y es desgarrador que se hayan perdido dos vidas en lo que debería ser un momento de alegría. Nuestros pensamientos están con las tripulaciones, sus familias y seres queridos en este momento profundamente triste”, dijo Anthony Albanese.
La carrera maldita
Las muertes ocurren 26 años después de que seis navegantes perecieron en tormentas durante la edición de 1998 de la regata, lo que desencadenó una investigación estatal y grandes reformas a los protocolos de seguridad que rigen la regata. Durante esa carrera, además de los fallecidos,varios yates fueron abandonados o destruidos y 55 personas fueron rescatadas. Fue el peor desastre de la carrera desde que comenzó en 1945. La carrera sigue en la mente de la mayoría de los navegantes como el peor escenario posible en el agua: ráfagas de viento excepcionalmente fuertes de hasta 80 km/h y olas muy fuertes.
Ya en el viernes, las condiciones meteorológicas seguían adversas, según las informaciones. The Sydney Moring Herald apuntó una conversación que tuvo con el propietario y capitán del LawConnect, Cristian Beck. “Beck dijo que actualmente se enfrenta a un fuerte viento del oeste en el estrecho de Bass mientras lidera la flota hacia Hobart. Sostuvo: “Las condiciones eran bastante rápidas y bastante duras. Tenemos suerte porque estamos a punto de salir de ellas. Nos estamos acercando a la costa de Tasmania… Creo que los otros barcos sufrirán mucho más”.
Con información de AP y The Age
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