El secretario de Culto nacional, Francisco Sánchez, que depende de la canciller Diana Mondino, retomó este miércoles los dichos que había vertido el sábado pasado en el festival de Vox en España y los ratificó al volver a cargar contra el divorcio, el aborto y el matrimonio igualitario. Eso le había generado una catarata de críticas. El funcionario de Javier Milei aseguró que los hijos de parejas separadas formalmente tienen más problemas de ansiedad y peor rendimiento en la escuela. Asimismo, sostuvo que la ley del aborto avala “la matanza de criaturas” y atenta contra el crecimiento demográfico, en un momento en que es necesario “repoblar la Argentina”.
“Muchos sectores en la década del 80 decían las consecuencias graves del divorcio y las vimos reflejadas en cuántas cuestiones, que fueron estudiadas por especialistas de universidades públicas, como la UBA. Hay un estudio muy serio, bastante reciente, que indica que cerca de 30% de los chicos que son hijos de familias separadas sufren trastornos de ansiedad. Y los chicos de hijos de familias separadas tienen un rendimiento 25% inferior a hijos con familias consolidadas”, comentó en Radio Mitre, pese a que no precisó cuál era el informe ni quién era su autor.
“Eso fue destacado en su momento, y muchos se reían y decían que no iba a pasar nada con todo esto; hoy lo vemos como una realidad”, sentenció, otra vez más contra el divorcio, tal como lo había expresado cuando participó de Europa Viva 24 en Madrid.
Dijo, en tanto, que “lo mismo” sucede con el acceso al aborto, otra de las cuestiones que fustigó el fin de semana. “Hoy mismo en la Argentina hay un invierno demográfico: la Argentina tiene tasas de natalidad similares a Corea del Sur o España, dos países que han empezado a despoblarse trágicamente. La Argentina necesita repoblarse, con lo cual yo diría que no solo tenemos que pensar en derogar el aborto, sino en medidas que promuevan la natalidad para que la cuestión demográfica vuelva a ser un eje estratégico para el desarrollo de nuestro país”, sostuvo.
Incluso, Sánchez aseguró que trabajará para dar marcha atrás con la ley de aborto legal y recordó que en diciembre de 2020, cuando la iniciativa consiguió el aval legislativo, él era diputado nacional (por Neuquén y de Pro) y “rápidamente” presentó un proyecto de derogación. “Voy a hacer todo lo posible para que la matanza de criaturas en el vientre materno no sea promovida, como es promovida hoy por el Estado. Es una barbaridad absoluta”, sentenció.
Sin embargo, dijo que la sociedad “no está preparada” en este momento para debatir el matrimonio igualitario y el divorcio. “No obstante eso, creo que es importante dar las discusiones. Incluso muchos periodistas han pedido mi renuncia por dar esta opinión. No quisiera escuchar a esos periodistas después hablar de libertad de expresión y que les dejen expresarse libremente sin ser censurados, porque sería una contradicción gigante”, marcó, contra la prensa que cuestionó sus dichos en el plenario de Vox.
Y siempre bajo la misma postura, Sánchez -que aseguró haber sido insultado por sus ideas- remarcó: “Son temas que en su momento se discutieron mucho en la Argentina. El aborto se trató, tuvo un gran debate, se logró una mayoría parlamentaria; no había una mayoría de la sociedad argentina que estuviera de acuerdo, pero se aprobó. Lo mismo pasó en el matrimonio de personas del mismo sexo, que también ha tenido un debate y se terminó aprobando. Y lo mismo pasó con las leyes de promoción de la ideología de género en la educación. Son leyes que fueron controversiales y hoy parece que ni siquiera uno se pudiera expresar respecto de esos temas. A tal punto hemos llegado que quien se expresa es cancelado y es atacado como lo he vivido yo en estos días”.
Luego, el secretario nacional aclaró que en lo personal los agravios no lo afectan, pero dijo que considera “grave” que no se respeten la libertad de conciencia, de opinión y de culto. “En la Argentina hay plena libertad de culto y, si hay un rasgo que caracteriza a los cultos, sobre todo a los mayoritarios, es ser conservadores de las coas que forman parte de sus tradiciones, dogmas, y que no admiten estos cambios violentos que muchas veces el progresismo quiere impulsar a aceptar como si fueran cosas naturales”, manifestó.
LA NACION