La emisión actual de Gran Hermano (Telefe) se convirtió en una de la más cuestionada. ¿El motivo? Las decisiones permisivas por parte de la producción hacia los participantes y, puntualmente, los beneficios que tendría Juliana “Furia” Scaglione. Fue Ángel de Brito quien puso fin a las especulaciones sobre los verdaderos motivos detrás de esta postura y reveló el calvario que viven los productores por las constantes amenazas de la polémica jugadora.
Desde los primeros días en la casa más famosa, Juliana Scaglione se destacó entre sus compañeros al mostrarse como una figura fuerte, con una distintiva personalidad. De acuerdo al avance del juego, ganó adeptos en el público hasta generar un masivo grupo de fandom que la apoya incondicionalmente en su camino hacia la final. Sin embargo, la participante se mantiene en la cuerda floja por los diversos conflictos que protagonizó con sus compañeros.
La violencia que ejerce a través de insultos y amenazas es constantemente cuestionada por gran parte de la audiencia. Pese a los públicos pedidos de expulsión, la preparadora física continúa en juego. Si bien hasta el momento se estipulaba que su estadía se sostenía con el voto del público, este punto podría ser desestimado tras la revelación que hizo Ángel de Brito en LAM (América TV) sobre la presión que le ejerce la participante a las autoridades.
“Me llega una información de Telefe, algo que hasta acá no se sabía, me lo van a desmentir. Me cuentan de la producción de GH que están teniendo inconvenientes con Furia”, introdujo el periodista el viernes por la noche. Luego, agregó: “Los problemas, que no se ven al aire, transcurren en el confesionario. No solo se queja, sino que Furia amenaza a la producción. Es un personaje hermoso, está volviendo locos a todos, hasta a la producción”.
Asimismo, aseguró que son los productores Pablo Graziano y Manuel Méndez quienes intervienen en los momentos que la jugadora pasa los límites e intentan llevarle calma para evitar un “desborde”. “¿Ella qué dice? Que apenas la dejen afuera va a contar todo. Están muy preocupados en la producción, por lo que puede llegar a decir, por si miente también. Porque si Furia sale hoy y dice cualquier cosa la gente le va a creer”, reveló el conductor.
“Es fuego. Es un problemita. Se les fue de las manos”, opinó de Brito y aseguró que se está frente al caso típico del “mal perdedor”, ya que las amenazas son un recurso para asegurarse la continuidad. No obstante, el conductor afirmó que “la producción la va a dejar en el juego hasta que la elimine el teléfono” y es en ese momento en el que se sabrá la verdad sobre esta cuestión.
Cabe destacar que, históricamente, desde el estreno del reality en la pantalla argentina, en 2001, se puso en duda la veracidad de los hechos que ocurren en la casa, como así también los parámetros para mantener el aislamiento de los jugadores, la regla fundamental del formato. Lo cierto es que habrá que esperar para saber qué dirá Furia una vez que abandone el juego.
LA NACION