El Gobierno confirmó que las retenciones a los granos volverán a ser cero hasta el 31 de octubre. La medida fue comunicada a través de la cuenta de X del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien aseguró que la “vieja política” busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno, pero que no permitirán que “castiguen a los argentinos”.
La respuesta del campo llegó rápidamente. “Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones aunque sean temporales. Falta ver los detalles de la forma de operar y cuándo se hará operativo”, señaló Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
El trasfondo económico
La decisión se da en un momento clave para el Gobierno, que necesita sostener las bandas cambiarias hasta las elecciones legislativas o modificar su esquema de política monetaria. El ingreso de divisas depende en gran medida del sector agroexportador, que en las últimas semanas venía ralentizando la liquidación en busca de mejores precios futuros.
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Según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), entre septiembre y diciembre podrían ingresar u$s9.949 millones, por debajo de los u$s10.303 millones del mismo período de 2024. La baja de retenciones funcionaría como incentivo para adelantar ventas.
El último informe de la BCR indicó que el poder de compra de la tonelada de soja alcanzó su nivel más alto en más de un año, ubicándose un 27% por encima de lo registrado antes de la baja de retenciones. En el mercado local, la oleaginosa se negocia en torno a los u$s300 la tonelada, equiparando el FAS teórico de exportación.
La competencia entre compradores mantiene los precios elevados y ajusta márgenes, pero a la vez genera señales positivas para el ingreso de dólares en un momento de fuerte presión sobre las reservas del Banco Central.