Sin Lionel Messi, Argentina cayó 1-0 contra Ecuador en la última fecha de las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. Sin embargo, el árbol no debe tapar el bosque. La Albiceleste realizó un proceso clasificatorio excelente, arrasó al quedar primera con 38 unidades y le sacó nueve puntos de ventaja a la escuadra ecuatoriana; la cual quedó en el segundo puesto.
La histórica victoria frente a Brasil en el Maracaná, la goleada 4-1 en el Monumental a la Verdeamarela y el triunfo 3-0 sobre Bolivia en la altura fueron sólo algunos de los mejores momentos del conjunto dirigido por Lionel Scaloni en la culminadas clasificatorias sudamericanas. Sin duda, el vigente campeón del mundo será una de las grandes candidatas en la siguiente cita mundialista. El historial muestra que no es la primera ocasión en la que el combinado nacional llega como uno de los favoritos luego de liderar la tabla de Conmebol.
Francia 1998, la ilusión de Passarella
Sin Brasil que iba a ir directo al Mundial tras levantar el trofeo más deseado en 1994, la Selección Argentina comandada por Daniel Passarella quedó primera camino a Francia 1998. El plantel argentino contaba con figuras consagradas como Gabriel Batistuta o Diego Simeone y jóvenes proyectos como Juan Sebastián Verón o Hernán Crespo.
Se trató de una Eliminatoria muy pareja en los resultados y el juego. Además, era la primera en la que se estrenaba el formato de todos contra todos en encuentros de ida y vuelta. La Albiceleste aseguró su estadía en el Mundial 98 a falta de dos fechas y finalizó puntera con 30 puntos; apenas uno más que la Paraguay de José Luis Chilavert, que sumó 29.
Passarella comandó a la Selección a quedar puntera por Eliminatorias por primera vez.
La participación de los de Passarella en la Copa del Mundo organizada en tierras francesas inició el 14 de junio en Toulouse ante Japón; quien realizaba su debut en el torneo de la FIFA y era un equipo prácticamente desconocido. Hidetoshi Nakata, un habilidoso mediocampista, era la principal estrella de los japoneses y fue una de las sorpresas del campeonato. Aunque su talento no fue suficiente y Argentina ganó en el debut con un gol de Batistuta.
Después, siguió una goleada 5-0 a Jamaica (con un hat-trick histórico del Bati) y un triunfo por la mínima frente a Croacia para cerrar la fase de grupos. No obstante, el momento más recordado de la Albiceleste en Francia ocurrió en los octavos de final.
30 de junio, 1998. El Estadio Geoffroy-Guichard de Saint-Étienne estaba repleto y un clásico mundialista esperaba. Argentina chocaba ante Inglaterra en un partido oficial por primera vez desde México 1986. Aquel día, quedó inmortalizado por la auténtica exhibición que brindó Ariel Ortega con la 10 en su espalda. A lo Maradona, dejaba ingleses en el camino como si fuesen conos. Lo hacía una y otra vez. Finalmente, el duelo terminó con empate a dos y la escuadra sudamericana pasó de ronda gracias a las atajadas de Carlos Roa en los penales.
Roa, el héroe en los penales.
El camino a la final se había transformado en una ilusión después de vencer a los británicos. Pero, paradójicamente, tras brillar, Ortega cometió un error infantil y prácticamente sentenció la eliminación de la Albiceleste. En los cuartos, la Selección empataba con Países Bajos. Todo parecía indicar que el partido se iba a ir al tiempo extra. Sin embargo, en el minuto 87 el crack de River recibió una provocación del arquero neerlandés Edwin Van der Sar y le pegó un cabezazo. El árbitro no dudó: fue roja al instante. El equipo de Passarella se quedó con uno menos y a los 89′ Dennis Bergkamp puso el 2-1. Todo se perdió en cuestión de segundos. «Quedamos afuera por mi culpa», mencionó el Burrito años después. Un acto que nunca se perdonó.
Ortega fue un dolor de cabeza en Francia.
Corea-Japón 2002, una inesperada pesadilla
Luego del ciclo Passarella, fue tiempo de Marcelo Bielsa. El Loco posiblemente tuvo su cenit como entrenador en el seleccionado. Continuó el trabajo hecho por su predecesor y le sumó caras nuevas como Pablo Aimar. El rosarino armó un esquema ofensivo, de alta intensidad y de juego vertical. Gracias a esto, Argentina bailó prácticamente a todos sus rivales y cosechó un récord de 43 puntos en las Eliminatorias de Corea-Japón 2002, el mayor puntaje obtenido en las clasificatorias de Conmebol hasta Brasil camino a Qatar 2022.
Bielsa armó un equipo récord.
Debido a esto, la Albiceleste arribó como la principal candidata como pocas veces en su historia. En la primera fase le esperaba Nigeria, Inglaterra y Suecia. ¿Qué podía salir mal, no? Para sorpresa de la mayoría, todo.
Los dirigidos por Bielsa se estrenaron con un triunfo sobre los nigerianos. Un cabezazo de Batistuta bastó para ganar. Después, vino el pésimo encuentro ante los ingleses. El plantel estuvo agotado, impreciso y ni siquiera el capitán Verón pudo salvarse del flojo rendimiento general. Un penal de David Beckham fue suficiente para que los Tres Leones se quedaran con la victoria en una noche negra.
No obstante, la situación podía remontarse. Sólo había que derrotar a los suecos o, en su defecto, igualar y esperar resultados favorables. No pasó ni una, ni la otra. La escuadra argentina intentaba una y otra vez, mas no podía convertir. El colmo llegó a los 59′: un tiro libre de Anders Svensson adelantó a las Tres Coronas en el marcador y el panorama fue irremontable. Crespo apenas pudo hacer un gol tras un rebote de un penal fallado por Ortega. Pero no hubo caso. Argentina se quedó afuera en lo que fue una de las participaciones más decepcionantes en la historia de los Mundiales. Las lágrimas del Bati y las caras largas de los futbolistas de ese plantel aún son inolvidables. Es el trauma que jamás se quiere volver a repetir.
Las lágrimas del Bati todavía duelen en Argentina. AP.
Brasil 2014, a un paso de la gloria
Después del abrupto final en la Copa del Mundo 2010 con la derrota 4-0 con Alemania en cuartos y la temprana eliminación ante Uruguay por la Copa América 2011, el seleccionado argentino atravesaba un claro período de crisis. La última vez que el combinado nacional había levantado un título había sido en 1993 y no superaba los cuartos de final de un Mundial desde 1990. También, futbolistas que destacaban en la élite como Lionel Messi, Ángel Di María y compañía eran altamente criticados por los hinchas. «No juegan como en Europa», era la queja constante.
En ese contexto, Alejandro Sabella asumió como técnico del equipo entonces dos veces campeón del mundo. Se necesitaban triunfos y sumar todos los puntos posibles para cambiar la imagen percibida por el público. El proceso inició bien con una goleada de local 4-1 a Chile en el debut por las Eliminatorias a Brasil 2014. ¿Los goles? Tres de Gonzalo Higuaín y uno de Messi.
Sabella, el piloto de tormenta. AP.
Sin embargo, la olla a presión continuaba. En la segunda fecha Argentina perdió contra Venezuela de visitante (era la primera vez que pasaba) con una muy baja performance de todos sus jugadores. Luego, procedió un empate en el Monumental con Bolivia. Ese día, Sabella y sus dirigidos se marcharon del estadio silbados.
No obstante, la cosa empezó a cambiar el 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla. En la cuarta fecha, Colombia se adelantó con un tanto de Dorlan Pabón en el primer tiempo. El calor era exhaustivo, el césped no estaba en buenas condiciones y el ambiente era pesado. Todo estaba en contra, pero el equipo de Pachorra sacó pecho para revertir el momento. La Pulga hizo el empate y a los 84′, agónicamente, Sergio Agüero le dio la victoria a los suyos. A partir de ahí, como más tarde dirían los futbolistas, «cambió el chip».
Esos jugadores que antes no rendían, pasaron a sorprender. Se formó el grupo de los «Cuatro Fantásticos» (Messi, Agüero, Higuaín y Di María) y la Albiceleste terminó como primera en las clasificatorias de la Conmebol con 32 unidades.
Messi y Agüero en «el día que cambió el chip». AP.
Con problemas físicos y con un esquema menos ofensivo que el mostrado anteriormente, Argentina arribó a la Copa del Mundo de Brasil después de varias giras internacionales exitosas contra rivales europeos como Alemania o Italia. La ilusión era gigante y el trofeo más deseado de todos una obsesión. Por su puesto, al organizarse en un país vecino, la nación brasilera se llenó de fanáticos argentinos; quienes hicieron del evento una fiesta. No en vano, el hit «Brasil Decime Qué Se Siente» todavía se recuerda.
La actuación de la Selección Argentina fue memorable: culminó con puntaje perfecto tras superar a Bosnia y Herzegovina, Irán y Nigeria. Luego, los de Sabella dejaron en el camino a Suiza, Bélgica y Países Bajos, el día que Sergio Romero se «convirtió en héroe».
En el encuentro definitorio tocó Alemania. Era la venganza luego de las eliminaciones sufridas en 2006 y 2010; y por la final del 90. Pero ni Higuaín, ni Messi, ni Rodrigo Palacio pudieron vencer a Manuel Neuer y la Mannschaft se quedó la copa por el gol de Mario Götze. Estuvo cerca, pero no pudo ser.
Brasil 2014, a un paso de la gloria.
El campeón del mundo rumbo a 2026
Desde 2014 pasaron muchas cosas. Una de ellas, por supuesto, la revancha de Messi y Di María que finalmente fueron campeones del Mundo en Qatar 2022. Además, Argentina consiguió dos Copas América y una Finalissima. Y claro, apareció un tal Lionel Scaloni; el entrenador que llevó a la Albiceleste a terminar primero de una Eliminatoria por cuarta vez en su historia. ¿Qué pasará ahora? ¿Una caída en cuartos de final, una eliminación en primera ronda, un subcampeonato o el desenlace que todos quieren que se dé? El tiempo dirá. El Mundial 2026, espera.
Scaloni ya piensa en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá.
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