miércoles, 20 agosto, 2025

Grinman, de la CAC: «Hay que tener un país ordenado y este Gobierno lo está haciendo, pero hace falta consolidarlo»

El presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, respaldó de manera contundente el programa económico de Javier Milei y acusó a la oposición de querer “desestabilizar” al Gobierno con leyes aprobadas en el Congreso. Admitió que el empresariado está “preocupado” por la posibilidad de que el peronismo consiga un triunfo en las elecciones de septiembre en provincia de Buenos Aires. Y reclamó por la instalación de un “país normal”.

En una entrevista exclusiva con PERFIL y a horas de ser anfitrión en el Council of the Americas que se realizará este jueves en Buenos Aires, Grinman festejó los resultados del “orden macroeconómico”, Y dijo que la inflación «ya dejó de ser una preocupación de la gente», aunque advirtió: “Todo lo que se está haciendo todavía no está consolidado”.

A continuación, el diálogo completo:

PERFIL: ¿Cómo se vive este nuevo Council, con la mirada del mundo puesta en todo lo que está pasando en la Argentina?

Mario Grinman: Se da en un contexto muy particular. El año pasado yo les decía en mi discurso que estábamos en un contexto de transformaciones muy importante para el país. Y esa transformación sigue; ahora la edición número 22 también se da en un contexto de transformaciones extraordinarias, por lo menos desde el punto de vista de nuestra institución, porque nosotros siempre tuvimos muy en claro la diferencia entre un país normal y la Argentina. Y eso no significa que los argentinos como ciudadanos seamos anormales.

P: ¿Cómo definís un país anormal?

MG: El modelo político que se entabló en la Argentina hace muchas décadas, los distintos gobiernos que pasaron de todos los colores políticos, fue equivocado. Uno tiene que tener un país ordenado, la macro ordenada, que es lo que está haciendo este Gobierno. Y hay que reconocer que lo ha logrado, porque cuando asumió Milei hace cerca de dos años, la principal preocupación de la gente era la inflación. Ya dejó de ser una preocupación de la gente. Pero yo creo que eso todavía falta consolidarlo, porque si hay algunas cosas que pueden fracasar en este país, seguramente van a fracasar.

P: ¿Y qué falta para ser ese país normal?

MG: El déficit fiscal que tuvo la Argentina estructuralmente, hoy está también controlado, pero hay que consolidarlo. La no emisión monetaria que viene sucediendo desde hace un año aproximadamente, porque desde agosto del año 24 el Banco Central no está emitiendo, también hay que consolidarla. O sea, los cambios que se están haciendo más allá de las desregulaciones de un montón de leyes, decretos, que trababan el color en todo sentido, que lo hacían lento, lo encarecían, son bienvenidos. Pero todo lo que se está haciendo todavía no está consolidado, por lo menos desde nuestra visión.

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P: ¿Y a cuánto se está de ese objetivo?

MG: Falta tiempo todavía. Es el famoso cambio cultural del que se viene hablando. Es un cambio cultural para todos, para todos los habitantes de este país, y el cambio cultural significa acostumbrarse a que hay que generar los recursos necesarios para poder sobrevivir y para poder crecer. No se puede vivir esperando créditos externos porque después no los podemos pagar. Eso no significa que no sean necesarios. Hay países, distintos lugares del mundo, que tienen dos PBI endeudados y no tienen ningún problema. Nosotros tenemos solamente el 85% y tenemos algunos problemas producto de la política, porque todo tiene que ver con la calidad de la deuda y para qué se toma la deuda.

P: ¿Cuál es el error argentino que ve en la deuda?

MG: Si yo como empresario tomo deuda permanentemente para pagar sueldos, y si aparte de pagar sueldo me saco un pedacito para irme de vacación y otro pedacito para cambiarme el auto, estoy fundido. Y es lo que se ha hecho en la Argentina históricamente. Se ha tomado deuda para tapar agujeros, de una manera o de otra, de un Estado elefantiásico, donde cada gobierno que pasaba lo agrandaba un poquito. Y eso no está bien.

P: ¿Y existe un cambio en ese aspecto?

MG: Milei está haciendo lo que prometió en campaña, con sus formas y con sus modos, y está dando resultados; ¿podemos cantar victoria a 18 meses de gestión? Yo creo que no. Tenemos que calmar la ansiedad y ver qué es lo que va a suceder más adelante.

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P: ¿Qué invitados estarán en esta edición del Council y qué objetivo persigue?

MG: El Council es un buen ámbito donde participan cientos de empresarios, no solo argentinos, también vienen empresarios de algunos países vecinos a escuchar a los oradores. Hay paneles muy importantes. Lo va a abrir el ministro (Luis) Caputo; también estará el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Después, Guillermo Francos (jefe de Gabinete), Patricia Bullrich (ministra de Seguridad). En el medio hay un panel de energía con empresarios del sector; y después hay otro panel que tiene a los organismos multilaterales de crédito. Y lo cierra el Presidente (Milei). El Council, hace 22 años que lo venimos realizando, ha sido un ámbito de encuentro donde la gente intercambia opiniones entre sí y por ahí, en una de esas, suceden algunos negocios.

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P: ¿Cómo analiza la función de la oposición y del Congreso, votando en contra del Gobierno?

MG: Cuando es un año electoral, es difícil acordar en un Congreso. Supongo que pasará en todo el mundo, pero no me importa todo el mundo, sino que me importa la Argentina, porque es muy problemático. Especialmente cuando tenés enfrente a un partido que históricamente estuvo en el poder y que no se siente cómodo no estando en el poder. Pero también es incomprensible que haya algunos sectores de la oposición que votan leyes en contra del Gobierno, más allá de que nadie puede desconocer la problemática de los jubilados, que los maestros están mal pagos, las fuerzas de seguridad, los trabajadores de la salud, las universidades. Pero, ¿de dónde se saca el dinero? Entonces, hay que ser muy cuidadoso a la hora de querer aprobar leyes, porque uno podría pensar que lo único que les interesa a los sectores de la oposición es desestabilizar un gobierno y que todo lo que se ha logrado en estos 18 o 20 meses de gestión se pierda.

P: ¿Preocupa que el Congreso le cambie la agenda al Gobierno?

MG: Sería de una barbaridad que se pierda todo este sacrificio que venimos haciendo todos los argentinos, de haber logrado bajar la inflación, de no emitir, de tener equilibrio fiscal, de la inserción en el mundo, en este momento en donde el mundo nos está mirando atentamente para ver si nos volvemos un poco más confiables para venir a invertir a la Argentina. Yo creo que la oposición debería ser mucho más adulta, mucho más inteligente y pensar un poco menos en sus intereses partidarios o en los intereses de sus líderes, y pensar más en los intereses de todo el país, especialmente de aquellos sectores que menos tienen. Porque cuando al país le va mal, siempre el mayor perjudicado es el que menos tiene. Por eso siento una sensación muy rara con el Congreso. Creo que no está a la altura de las circunstancias. Y tengo muy claro cuál debe ser el rol de una oposición, pero no lo que está pasando en este momento, porque no pueden salir a votar leyes que desfinancien al Gobierno y rompan toda la economía ¿Para qué? ¿Para volver a hacer lo que teníamos antes? ¿220% de inflación? Mayor pobreza, mayor indigencia, menos creación de puestos de trabajo. Yo creo que eso está mal, muy mal; pero eso habla de los políticos del Congreso.

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P: ¿Hay también algún sector del empresariado que está pidiendo otra fase? Una vez estabilizada la macro, pueda llegar a haber otro tipo de contexto. ¿Ustedes le plantean algo al Gobierno en ese sentido?

MG: Nosotros permanentemente estamos trabajando con el Gobierno, con los ministros, con los secretarios; conversando, planteándole, llevándole problemas del sector. Pero lo que tenemos muy en claro es que no se pueden solucionar los problemas de la noche a la mañana. Yo le digo al Gobierno: «Quiero que me baje los impuestos»; algo que se ha hablado muchas veces con el presidente Milei, y él siempre me dijo: «Yo soy lo más anti-impuesto que vos puedas conocer». Y yo le creo. Ahora, como le creo y como soy una persona medianamente consciente, yo sé que hoy no le puedo exigir al Gobierno que baje los impuestos, porque es tirar por la borda todo el sacrificio que viene haciendo. Entonces, sí le puedo exigir, y recordarle más que exigir, que a medida que pueda, vaya bajando los impuestos.

P: ¿Confía en que se bajen los impuestos?

MG: Tampoco es un problema solo del Gobierno nacional. También tienen que comprometerse los gobiernos provinciales y los municipios, porque si le vas a dejar todo al Gobierno nacional y los municipios te aumentan las tasas, en las provincias no te bajan el ingreso bruto… tampoco va a funcionar. O sea, el tema tributario, el tema impositivo, tiene tres patitas: municipios, provincias y Nación. Si el esfuerzo lo hace solo la Nación y no lo hacen las provincias y no lo hacen los municipios, entonces no sirve.

P: ¿El Gobierno entiende el problema impositivo?

MG: El Gobierno es consciente de eso, porque nosotros hablamos permanentemente. Y las cosas que pueden hacer. No es una posición militante de ninguna manera, esto es la realidad: No le podés pedir al Gobierno que se desfinancie. No le podés decir «Bájame los impuestos, como sea, porque no doy más». Tenemos que buscar la manera de acomodarnos para que todo este sacrificio no sea en vano; Milei, antes de asumir, prometió “sudor y lágrimas”, y no como el presidente anterior que prometió la «heladera llena» y no cumplió. Nosotros sabíamos que esto iba a ser así, y creemos que hay que seguir aguantando y apechugando.

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P: ¿Ve la luz al final del túnel?

MG: Yo estoy casi seguro, aunque no tenga el oráculo, que el año 26 va a ser un año muchísimo mejor que este año 25. Tenemos que acostumbrarnos a esto: no existe más la maquinita de imprimir billetes, y bienvenido sea porque no se puede vivir así. Hay que apostar a que la Argentina pueda generar sus propios recursos. Ya lo está haciendo con Vaca Muerta. Seguramente el año que viene va a ser un año mucho mejor para el sector agrícola-ganadero, al haberle sacado las retenciones, y todo eso van a generar las divisas genuinas que necesita el país. Ese es el camino, no hay otro. Si nosotros queremos forzar, vamos a volver al populismo de cualquier color, que ha hecho tanto daño a la Argentina, a la corrupción que ha hecho tanto daño a la Argentina; y eso no es admisible.

P: Señaló el cambio cultural, ¿será parte de su discurso en el Council?; ¿les hablará a los empresarios?; ¿esperan anuncios de Milei?

MG: No sé lo que llevará el presidente Milei. Estoy trabajando en mi discurso y algo va a salir. Yo soy un tipo que no me gusta leer. Seguramente que sí, algo de cambio cultural, porque insisto: cuando hablamos de cambio cultural es para todos, pero especialmente para aquellos que tienen mayor capacidad de llevar adelante el cambio cultural.

P: El mercado está viendo tensión ante el desdoblamiento electoral de la provincia de Buenos Aires con Nación, y dice que «si le va bien a Kicillof, puede llegar a ser como una suerte de alarma ante este modelo que implementó Milei ¿Desde el sector privado coinciden en ese diagnóstico y miran con más atención a algunas provincias?

MG: Absolutamente, claro que sí. Claro que lo miramos. Te lo voy a poner en dos cositas. En la apertura de sesiones de marzo, el presidente Milei dijo que “la Argentina nos defraudó siempre”. Y que el hecho de que un outsider como él haya llegado a ser presidente, es producto de que todos los que lo antecedieron fracasaron. Sí, eso para mí es una honestidad brutal. Ahora, si yo me remonto a un ministro de economía en el año 2012, que dijo: «Tarados son los argentinos que creen que el Estado tiene que respetar los estatutos de YPF». Y así hoy tenemos un juicio de 16.000 millones de dólares que ya debe estar cerca de los 18.000, y rogando, por suerte la semana pasada la Corte Suprema, una Corte de Nueva York dijo: «Bueno, no vamos a sacar las acciones». Pero rogando para que nos vaya bien.

Para el país que quiero, tengo muy claro cuál es el camino: el camino no es el de la «picardía criolla» de decir «nada, vamos a hacer lo que nosotros queremos», porque el mundo no acepta lo que vos querés. El mundo globalizado acepta las cosas medianamente normales. Entonces, tenemos que acostumbrarnos a trabajar en esa normalidad, a hacer las cosas como corresponden.

P: ¿Eso quiere decir que están preocupados por una victoria del peronismo en provincia de Buenos Aires?

MG: Esto es una apreciación personal, casi institucional también: sí, claro que estamos preocupados, porque este modelo nos parece que es lo más razonable que está llevando adelante este Gobierno, con todos sus aciertos, con todos sus errores porque son seres humanos, se equivocan; con sus modos, con sus formas, que a algunos les gusta más, a otros les gusta menos. Pero este es el camino. El camino es no gastar lo que no se tiene y fundamentalmente transformarse en un país confiable para que las inversiones, tanto internas como las que vengan de afuera, sean posibles.

LT

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