La bronca todavía se siente en Mataderos. Porque coqueteó con el gol en varias ocasiones. Porque fue superior y lo dejó en claro durante todo el encuentro. Porque sintió el envión anímico que consiguió desde la llegada de Gastón Lotito. Chicago no fue conforme por la igualdad 0-0 contra Chaco For Ever. Sin embargo, el equipo confirmó su mejoría futbolística y continúa sin caer con el nuevo entrenador.
El aire novedoso que halló el Torito a partir del cambio que hubo con la salida de Walter Perazzo hizo que tomara el impulso necesario para tener otra postura, hacerse dueño de la pelota, animarse a jugar y empezar a olvidarse de la pelea de abajo (está a 18 puntos de CADU) para ilusionarse con pelear por el acceso al Reducido de la Zona B (quedó a dos de Mitre, el último en clasificarse).
Chicago lo fue a buscar, supo poner contra las cuerdas al Negro y contó con varias situaciones de peligro. La falta de puntería en los últimos metros, sumado a la dura defensa de la visita, llevó a que no pudiera romper con el cero y debiera conformarse con un punto que le permitió llegar a los siete duelos sin caídas (4 PG y 3 PE).
Pero la gran siete.
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