Una actividad rutinaria, de esas que se ejecutan con naturalidad y que el cuerpo se mueve espontáneamente. En ese plan de surcar las autopistas para aterrizar en el campo de entrenamiento de su equipo, el León, Nicolás Fonseca se topó con una tragedia.
El ex mediocampista de River Plate padeció un encierro en plena carretera y fue abordado por delincuentes que se subieron a la fuerza a su camioneta importada. Además de la intencionalidad de robarle el vehículo de alta gama, el ex hombre del Millonario quedó retenido de su libertad.
Nicolás cayó en las garras de un secuestro, que según diversas fuentes se extendió a lo largo de un lapso superior a dos horas, y luego lo abandonaron a la deriva en una zona absolutamente descampada, a unos veinticinco kilómetros del punto en que lo violentaron.
La incomunicación de Fonseca alarmó a las autoridades del club mexicano, merced a su ausencia en la práctica del plantel que comanda el argentino Eduardo Berizzo. Respecto a las posibles secuelas, allegados al uruguayo le contaron al diario Ovación: “Agradecemos a Dios que está vivo”.
En tanto que estas fuentes del círculo cercano a Nicolás añadieron algunos detalles del secuestro: “Lo tuvieron retenido por un tiempo cercano a las dos horas”. Y también aportaron tranquilidad en lo relacionado a su integridad: “Está bien de salud. Fonseca se encuentra bien a pesar del susto”.
Todavía restan definiciones del objetivo de esa rapto, dado que la camioneta BMW se encontró a las horas, por lo cual se investiga si se trató de un mensaje personalizado para Fonseca o si estos delincuentes actuaron casualmente en el robo de ese vehículo.