Madrid, 22 ene (EFE).- Latinoamérica presentó este miércoles en la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur) lo más auténtico de su variada riqueza patrimonial, histórica, cultural y gastronómica, una región repleta de tradiciones ancestrales y de la época colonial, que combina con la innovación para ofrecer destinos y experiencias que atraigan a viajeros de todo el mundo.
Desde Argentina hasta México, pasando por Venezuela o Nicaragua, nadie quiere perderse Fitur 2025, una de las ferias de turismo más importante del mundo, con Brasil como país socio este año, que fue inaugurada este miércoles por los reyes de España.
Conscientes del valor económico del turismo, todos echan el resto, dentro de sus posibilidades, para que el turista y el inversor se sientan atraídos por destinos diversos, con opciones para todos los gustos, y condiciones ventajosas como incentivos fiscales para los capitales internacionales interesados en el sector.
Pero siempre con un sentido de favorecer el progreso humano de manera equilibrada y respetar y preservar las comunidades rurales y la naturaleza, muchas veces exuberante.
Todo el colorido y el bullicio de México, con las catrinas, los charros y el folclore típico, reciben al visitante nada más entrar en el pabellón 4 del recinto ferial Ifema de Madrid, donde la oferta turística de toda América, incluidos Canadá y EE.UU., se distribuye en 16.200 metros cuadrados.
Las instalaciones se afanan en representar las bellezas arquitectónicas, culturales y naturales de cada país y tratan de recrear ambientes locales.
Paneles gigantescos y pantallas de vídeo panorámicas muestran a los ojos del mundo las mejores imágenes de cada destino.
En las pantallas de la República Dominicana, un mar virtual llega mansamente por el suelo hasta la arena de una de sus afamadas playas, mientras que un techo de cañas nos protege del sol.
Danzantes y personajes ancestrales con vestidos, tocados y máscaras llamativas nos reciben en Ecuador, que nos enseña su artesanía y nos recuerda que el famoso «sombrero panamá» es, en realidad, ecuatoriano.
En vistosidad compite el vestuario regional típico de Bolivia, que reproduce en Fitur una imagen del Salar de Uyuni.
Ciudad de Panamá y el Amazonas brasileño ofrecen experiencias inmersivas con unas gafas de realidad virtual para no perderse detalle de cada lugar.
Cuba nos sorprende con un puro enorme, «fuera de calibre», liado en directo, que no se vende, aclara el artesano, sino que sirve para la demostración sobre su elaboración.
Y en San Juan de Puerto Rico, el guardia de una fortaleza de la época española observa impertérrito cómo varias personas bailan salsa al ritmo de Gilberto Santa Rosa.
Pero no solo de sol, playa, volcanes, naturaleza y monumentos vive el turista, así que son varios los países que nos invitan a recuperar fuerzas con su oferta culinaria.
Café y ron son las bebidas más habituales, a veces combinados entre sí como en Puerto Rico, sin olvidar el clásico tequila mexicano y la caipiriña brasileña. Ecuador sirvió solo en la primera jornada 700 cafés y Brasil mil caipiriñas.
Puede degustarse de manera gratuita, pero no ocurre lo mismo en los restaurantes del recinto ferial, cuyos precios desorbitados son motivo de dura crítica entre los asistentes a Fitur.
Otras de las quejas generalizadas se refiere a las grandes aglomeraciones y retrasos que se formaron en las entradas el primer día de la feria, grandes cuellos de botella para pasar los controles de documentación y de seguridad debido a la presencia de los reyes de España en la inauguración. EFE
(foto)