miércoles, 15 enero, 2025

Inflación, crawling peg, FMI: planetas alineados?

Después de una devaluación inicial y el fuerte aumento de tarifas de los servicios públicos que técnicamente se conoce como corrección de precios relativos -la suba de las tarifas es la contracara del recorte de subsidios- el gobierno alcanzó al cierre de 2024 una inflación anual de 117,8%. Resultó mucho menor al 211% que había dejado en su último año de gobierno el triángulo Alberto-Cristina-Sergio.

El número final del 2024 quedó debajo también de lo que esperaban las consultoras en el arranque del gobierno de Milei. El ajuste fiscal y monetario fue clave para lograr que hoy la inflación haya dejado de aparecer entre las prioridades de los ciudadanos. Al menos es lo que se desprende de las encuestas de opinión, que marcan lo que un año atrás parecía imposible: importante aprobación a la gestión del Gobierno que se animó a llevar adelante un ajuste en modo motosierra, que rebanó en apenas 12 meses un cuarto del gasto público.

No fue gratis, desde ya. El poder adquisitivo de los asalariados recién está alcanzando el nivel de un año atrás, pero la plata de libre disponibilidad de los hogares, es decir la que queda después de pagar los gastos fijos, todavía está 15% abajo para los salarios privados. Los públicos y los informales están peor.

También resultó decisiva la estrategia cambiaria para bajar la inflación: las minidevaluaciones del 2% mensual pusieron un ancla fuerte para contener los precios de los bienes y productos importados. Y justamente este martes, un rato después de conocerse el IPC de diciembre, el Banco Central anunció que pisará más el freno sobre el ritmo devaluatorio del tipo de cambio oficial. Es casi un congelamiento, ya que el dólar oficial subirá 1% por mes a partir del 1 de febrero. Desde ya que si la inflación se acerca más a ese número, se desactiva o atenúa considerablemente el debate por el llamado atraso cambiario.

La idea del Gobierno es que a partir de febrero, los precios de los importados deberían subir al 1% mensual (tal vez no sea un proceso automático y llegue con algún retraso) pero debería replicarse lo que sucedió hasta ahora con el crawling peg del 2%. Luego, la inflación privada debería presionar a la baja el índice de precios al consumidor.

En esta secuencia de baja de crawling peg y posterior caída de la inflación, aparece el cepo, el gran tema de discusión que hasta causó algunos chispazos esta semana entre la ministra Patricia Bullrich y el referente económico de Mauricio Macri, Hernán Lacunza.

En concreto, si baja la inflación se acerca el levantamiento del cepo. Aunque la caída del IPC es necesaria pero no suficiente. Hacen falta además los dólares para reforzar las reservas del Banco Central. Después de los elogios del fin de semana que Kristalina Georgieva le hizo al plan económico de Milei, las condiciones parecen estar dadas para un anuncio más o menos cercano.

Ayer mismo hubo un contacto vía zoom entre Economía y los técnicos del FMI. “Una más de las habituales” dijeron en Economía. Pero en la city creen que las posiciones están prácticamente alineadas entre la Argentina y el Fondo como para que se pueda anunciar el acuerdo en cualquier momento.

Al Gobierno, aunque no le guste la expresión, se le alinearon los planetas.

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