martes, 7 enero, 2025

Lanús y la cuarta chance que el fútbol argentino le regala a Mauricio Pellegrino

06/01/2025 06:18hs.

Como entrenador, Mauricio Andrés Pellegrino nació en cuna de oro. Pero los resultados, en términos de ganar, ganar o ganar, lo tienen clavado en el barro. Hoy, Lanús y el fútbol argentino le regalan otra chance, la cuarta en el país, de demostrar que es mucho más que un gran currículum vitae como jugador y un DT que disfrutó de grandes maestros y de envidiables oportunidades de romper el molde. Sin embargo, más allá de lo que puedan decir las estadísticas, todavía no consiguió el upgrade para poner a las expectativas en el mismo plano que la realidad.

No debería costarle dejar huella en el Granate. Tras la salida de Luis Zubeldía -que incluyó un subcampeonato de Copa Sudamericana a comienzos del 2021-, la sucesión del actual entrenador del San Pablo quedó en manos de Frank Kudelka y de Ricardo Zielinski. Los dos, bien lejos del ADN futbolero de la institución, llegaron con la misión de sacar puntos para dejar al club en Primera, algo que sucede metódicamente desde 1992, y cumplieron de sobra.

La gran deuda interna fue clara: poco por lo que pelear -en líneas generales- y un irreconocible estilo de juego. Al menos, poco armónico a primera vista. Desahuciado. En equipos como Lanús, con su particular paladar, meter tres pases seguidos valen mucho más que meter tres puntos. En principio, repasando antecedentes, Pellegrino pareciera ser más de lo mismo. Un espejo de los últimos tiempos. Pero, si sale bien, win-win…

Mauricio Pellegrino asumió en Lanús y tendrá su cuarta chance de dirigir en el fútbol argentino.

De Córdoba al Viejo Continente

La carrera del Pellegrino futbolista es de ensueño. Nació hace 53 años en Leones, Córdoba, a 248 kilómetros del sur de Córdoba y a 465 km del Congreso. Allí, en la Capital Nacional del Trigo, en plena Pampa Húmeda, se transformó en hijo dilecto de los Trigueros -tal como se conoce al club que lleva el nombre del pueblo casi 12.000 habitantes- y de Sarmiento, participantes de fuste en la liga de Bell Ville. Desde allí pegó el salto a La Gran Ciudad con edad de Inferiores.

Pellegrino fue dirigido por Van Gaal en Barcelona.

Ya en Buenos Aires, como jugador de Vélez, ganó la Libertadores, la Intercontinental, y hasta se dio el lujo en 1998 de ‘matarle la ilusión’ a Lanús cuando abortó casi sobre la línea un ‘gol hecho’ de Gustavo Bartelt en el Amalfitani después de que el Facha se había decidido por eludir a José Luis Chilavert y se iba camino al título. Ese parcial y virtual 3-1 fue finalmente 2-2 y esa chance de primera estrella local para el Grana se postergó hasta 2007.

Por ese entonces, el Flaco había dejado de ponerse los cortos tras su paso por Barcelona, Valencia, Liverpool (fue el primer Red argentino; luego Sebastián Leto engrosaría la lista) y Alavés, donde colgó los botines en la 2005-06. “No decidí retirarme: el fútbol me dejó a mí”, suele decir para referirse a su adiós de la actividad.

Dos viejos conocidos: Carlos Bianchi y Mauricio Pellegrino.

Su carrera tuvo de todo más allá de los títulos. Llegó a jugar un Mundial (Sub 20, en Portugal 1991) con la Selección y, a nivel mayores, participó en Bolivia de la Copa América 1997. En clave clubes, disputó con Valencia dos finales de Champions sin suerte. Incluso el arquero alemán Oliver Kahn, del Bayern Munich, le atajó el penal decisivo en la definición 2001. Hasta acá, nada que no puedas leer (ponele) en Wikipedia. Pero las jóvenes generaciones merecen saber quién fue el ex zaguero.

Desde sus 193 centímetros de alto, llegó a jugar/compartir equipo con Pep Guardiola, Luis Enrique y Xavi (entre tantos otros cracks). Y se quedó con las ganas de enfrentar a un joven Messi pero el marcador central zurdo fue suplente en la tarde-noche que pudieron haberse cruzado en el campo. Igual, y con lógica, nunca salió del candelero.

Pellegrino fue dirigido por Carlos Bianchi, por Marcelo Bielsa, por Louis Van Gaal y su ayudante José Mourinho. Ah, y por su admirado Héctor Cúper, quien fuera campeón de la Conmebol con Lanús en 1996. La vida es circular. Todo cierra. Aunque, se vio, aunque se ve, en el fútbol un 2+2 puede dar con coma…

Mauricio Pellegrino y su presentación en el vestuario del Grana.

Vaya debut: un puntazo en el Bernabéu y una esperanza de baja duración

Con semejante handicap, el Flaco no lo dudó. Mientras vivía en Valencia, esbozó su futuro, no perdió el tiempo e hizo el curso de entrenador. En 1999 lo comenzó. Sobre el final de su carrera, durante tres veces por semana hacía el viaje entre Alava y Bilbao, en el País Vasco, para cerrar el nivel 2 y fue en Madrid donde se quedó con el título de DT y con el diploma abrepuertas.

A esa altura de la vida, su libro de cabecera, El Hombre Mediocre del sociólogo y médico argentino José Ingenieros, ya se lo sabía de memoria… No quería serlo. Arrancó con chavalitos de 13-14 años en L’Eliana, en el equipo del pueblito valenciano donde residía. Sin perder el linaje ni bajarse el precio, fue asistente del Rafa Benítez. Lo acompañó como segunda guitarra en el Liverpool y también en el Inter, donde se coronó campeón del Mundial de Clubes 2010. Pero como solista…

Pellegrino con Mourinho.

En mayo de 2012 tomó las riendas del equipo Che en reemplazo de Unai Emery. «Más que buscar un trabajo, en mi vida siempre me gustó buscar desafíos. Cuando hace unos años empecé mi etapa de entrenador siempre tuve al Valencia como una de mis máximas aspiraciones. Creo que este equipo, si seguimos en esta senda, se va a acercar a lo máximo, que es a lo que aspiro», señaló el Flaco que tuvo su bautismo como DT, ni más ni menos, que el 19 de agosto de aquel año contra Real Madrid en el mismísimo Santiago Bernabéu.

Fue 1-1. Gonzalo Higuain había puesto en ventaja a los Merengues -que contaban con Cristiano Ronaldo y Angel Di María- pero Jonás igualó las cosas gracias a Jonás y a la asistencia del argentino Tino Costa. Puntazo.

La cobertura de Olé del debut de Pellegrino como entrenador en 2012.

“El fútbol es un show. La mejor manera de respetar al público es darle todo lo que uno tiene, viendo a un equipo atacar y defender con intensidad”, le había asegurado el cordobés a Cayetano Ros del diario El País. Angel González, del mismo medio, aseguró tras el empate que “al nuevo Valencia de Pellegrino, en su estreno, le salió el plan con sus raciones de orden y de contención. Llegaron dos veces -una en un supuesto fuera de juego de Soldado- y salió premio”. El DT, en tanto, en la sala de prensa del mítico estadio madrileño, analizó que el equipo había trabajado muy bien. “Entregó lo máximo. Es lo mínimo como profesionales, lo espero de ellos cada semana. No me sorprendió la entrega…”, dijo.

Todo muy lindo pero el 1 de diciembre, apenas tres meses y algunos días después de la hazaña en el templo de Chamartín, fue echado… Y allí empezó un larguísimo periplo de resultados sin sabor.

Mauricio Pellegrino y la firma de su contrato con el Grana.

El regreso a la Argentina (ahora para dirigir) y un seco ir y venir interminable

En 1998, el Pellegrino jugador dejó su tierra rumbo a Europa. Quince años más tarde regresó a la Argentina aunque como entrenador. En abril del 2013, recomendado por Juan Sebastián Verón, ocupó el lugar de Diego Cagna en Estudiantes. Agarró al Pincha con tres puntos sobre 21. Lo despidieron dos años más tarde tras acumular seis fechas sin triunfos por el torneo local.

Pellegrino, en el país, debutó como DT en Estudiantes. – FTP CLARIN – MNO_8532.JPG – Z FTP Nievas – ftp.agea.com.ar la plata mauricio pellegrino campeonato de primera division torneo de transicion 2014 futbol futbolistas partido estudiantes de la plata quilmes

Al toque, en junio 2015, tomó a Independiente y se hizo récord al ganar su primera media docena de partidos. Hasta que se cruzó en los octavos de final de la Copa Argentina contra el Lanús de los Mellizos Barros Schelotto (0-2 en el Unico de La Plata) y chau. Dirigió hasta mayo del 2016. No se le renovó el contrato a pesar de haber ganado más de la mitad de los partidos (21 de 41). La eliminación de la Liguilla pre Libertadores contra Racing y el pulgar abajo de los Moyano no lo favoreció. Era hora entonces de renovar el pasaporte…

El Flaco Pellegrino visitó La Fortaleza como DT de Independiente.

En junio 2016 reapareció en Alavés. Hizo un verdadero campañón para un equipo low cost: 9° puesto en LaLiga y finalista, por primera vez, de una Copa del Rey (perdió la final 2017 contra Barcelona, 3-1). Con contrato vigente, igualmente, se fue de Vasconia en mayo 2017 para darse el gran gusto en la Premier League con el Southampton inglés.

Firmó por tres años pero no llegó a completar la primera temporada. Más allá de un 4-1 al Everton -lo más destacable del corto paso- dejó el club a ocho fechas del final y a un punto de la zona de descenso. Dos meses más tarde, regresó a España para salvar de la caída a Segunda al Leganés. En su segundo año, sin embargo, dejó la institución Pepinera tras una racha de nueve juegos sin victorias. Y otra vez, la vuelta a casa: la Argentina y su Vélez.

El saludo del Pellegrino DT de Vélez con Pepe Sand.

Con la pandemia instalada y seis meses después de dejar la Madre Patria, el Flaco pegó la vuelta a Liniers para reemplazar a Gabriel Heinze en el Fortín. Y otra vez Lanús se cruzó en su camino: el Grana lo eliminó con dos triunfos en las semifinales de la Copa Sudamericana 2020. Finalmente, después de haber salido segundo en la Anual a cinco puntos de River, se fue en marzo del 2022.

Ocho meses más tarde, cruzó la Cordillera de Los Andes para hacerse cargo de la la Universidad de Chile: sin clasificarse a ningún certamen internacional, se fue de Santiago en diciembre 2023 cuando venció su contrato. Pero el desempleo ni se sintió: el 24 de enero del 2024 asumió en Cádiz.

Mauricio Pellegrino asumió en Lanús y tendrá su cuarta chance de dirigir en el fútbol argentino.

Su última experiencia fue un descenso (casi cantado)

Fue por el milagro. Los gaditanos llevaban 17 partidos sin ganar y estaban en la zona roja. No hubo con qué darle a pesar de haber sumado 18 unidades sobre 51 puntos posibles (cuatro triunfos, seis empates y siete derrotas). Descendió el pasado 19 de mayo a una fecha del final tras un empate en casa (0-0) vs Las Palmas. Almería y Granada ya lo habían hecho antes. El 25 de mayo perdió 6-1 contra el Almería justamente y el 28 dio las hurras.

«Nos queda el consuelo de haber entregado todo lo que estaba a nuestro alcance»,aseguró Pellegrino en una carta de despedida y agradecimiento difundida por el Cádiz, que bajó a Segunda después de cuatro años y por sexta ocasión en su vida.

“El Cádiz se puso en manos de Mauricio Pellegrino. Un técnico con experiencia en España y muy preparado, pero al que le faltó carácter en un escenario tan peculiar como es este club. El efecto de la llegada del nuevo entrenador no fue el deseado. Hubo una cierta reacción, pero insuficiente”, fue la crítica -una vez más- de El País. Para el Flaco quedó el lamento de haberse “ahogado en la orilla”, según él mismo dijo. Y siguió dolido aunque sin despeinarse por la pérdida de la categoría.

“Es un resultado deportivo. No me arrepiento para nada. La gente nos ha tratado con respeto. Estaba convencido de que podíamos hacer más. Nos queda esa saber feo. Esto es parte del riesgo del entrenador”, cerró el que en LaLiga española pudo decir que, como DT, supo ganarle dos veces al Barcelona (una, en 2016, en Camp Nou con 30′ de Messi, dirigiendo al Alavés), una vez al Real Madrid, y dos veces al Atlético de Madrid, ni más ni menos.

¿Para qué le pudo haber servido semejante experiencia primermundista? En principio, hoy ya piensa en Deportivo Riestra, el primer rival de su Lanús en la Copa de la Liga y en su cuarta chance en la Argentina. ¿Será la vencida?

Un año para relanzarse

El Grana volvió a elegir a un técnico ajeno a la cancha 2 de su Polideportivo, donde se pulen las joyas de la abuela, detrás de la tribuna visitante de La Fortaleza. Después de la salida de Luis Zubeldía a finales del 2021, Lanús por cuarto año consecutivo contará con un DT ‘externo’ a la vida del club.

Jorge Almirón -en su segundo ciclo-, Frank Kudelka y Ricardo Zielinski -quien al menos era vecino de la zona-, no le terminaron de encontrar la vuelta al asunto, a la reconstrucción del vínculo de la gente con una línea de juego completamente perdida quién sabe dónde.

Las elecciones de entrenador lejanos al Made in Lanús fueron todo un dilema en un club empoderado a partir de su tradicional “vamos, vamos los pibes”. La nueva llegada del actual entrenador de Colo Colo a comienzos del 2022 presumía que no se le iba a dar mucho lugar, otra vez, a los Juveniles. ¿Pero qué discutirle al técnico más ganador -tres títulos en ocho meses- en la historia del Grana? Kudelka y Zielinski, a pesar de la fábrica de talentos que tenían a su alrededor, tampoco metieron mano en los más chicos, acuciados por el descenso y sus propios fantasmas.

Con este antecedente, la llegada de Pellegrino puede ser una aspirina liviana. En la Argentina, ha trabajado en clubes con buenas Juveniles y no ha dudado en darle minutos. Por caso, en Vélez, hizo debutar a Santiago Castro -hoy figura del Bologna italiano- con 16 años, 10 meses y 16 días. Después habría que analizar con lupa, caso por caso, si la promoción y la banca de los jóvenes players fue por convicción, por necesidad, o por decantación: los talentos le explotaban en las manos.

La relación ganar/perder entre el Flaco y el Grana está pareja. El cordobés, como DT, enfrentó diez veces a Lanús y le ganó tantas veces como perdió (4-2-4). Eso sí, las dos series eliminatorias mano a mano que tuvo contra su nuevo empleador lo encontraron derrotado… ¿Podrá hacer algo más que FDK, algo más que el Ruso?

A favor de Mauricio, increíblemente, Kudelka y Zielinski son los técnicos a los que más veces le ganó (tres). Es más, a Frank Darío le ganó tres de seis cruces. Por otra parte, sus campañas en el país tienen mejores números en la comparativa. ¿Ejemplos? Tras el 61,78% de puntos ganador con Independiente, Pellegrino obtuvo un 55,5% con Vélez y un 52,77% con Estudiantes. En Lanús, en tanto, Zielinski consiguió un 51,10% y Kudelka un 43,53%. Es decir, la peor estadística de MP en la Argentina es mejor que la ratio de K y de Z.

Mauricio puso el gancho hasta diciembre 2025. Tendrá un año para enterrar en Lanús tres años de retroceso futbolístico y también para relanzarse y diferenciarse del pasado. No le será fácil. No hay vacuna para la falta de carisma -algo que le han reclamado los hinchas de aquí y de allá- y, se sabe, por nuestros pagos, en los torneos de cabotaje, con interesantísimos planteles no logró ir más allá de un quinto puesto (2013-14 con Estudiantes, 2015 con Independiente y 2021 con Vélez) y una semi -se dijo- de Sudamericana 2020. Todo un misterio.

Le juega a favor la seriedad y el cuerpo técnico, uno de sus puntales. El hincha del Grana, hoy por hoy, necesita definir un estilo y ser protagonista jugando al fútbol. Lleva siete estrellas sobre el escudo y quiere más. Como la clase media. En las manos -y en la cabeza- de Pellegrino está la chance del win win. Y de no ser uno más de la lista.

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