lunes, 6 enero, 2025

Juan José Campanella: En el cine lloro de emoción, nunca de tristeza

“Las entradas ya están a la venta”, dice Juan José Campanella con tono pícaro mientras nos recibe en su teatro, el Politeama. Allí acaba de estrenar “Empieza con D, siete letras”, la obra encabezada por Eduardo Blanco y Fernanda Metilli que escribió junto a su mujer, Cecilia Monti. También tiene por delante la serie de Mafalda para Netflix y su regreso a las películas con “Parque Lezama”, versión cinematográfica de la obra de Herb Gardner que adaptó y dirigió, protagonizada por Luis Brandoni y Eduardo Blanco, sin él no se hace. Campanella está en mil cosas, pero no da notas promocionales de fórmula, lo suyo es la charla.

A esta altura contar quién es Juan José Campanella sería casi una falta de respeto. Ganador del Oscar, 10 letras. Esta entrevista no se vende, se disfruta.

Noticias: Esta obra comprueba que se puede conocer a alguien en cualquier parte porque, ¿hay algo menos erótico que la sala de espera del odontólogo?

Juan José Campanella: (Se ríe) Es así. La obra la arrancó a escribir Cecilia Monti, en ese primer boceto los personajes eran bastante similares, pero las circunstancias eran distintas. Originalmente se encontraban en un lugar de solos y solas, lo que les daba como una necesidad de búsqueda y la obra tomaba por otros caminos como el romance a lo largo de las décadas. Con Ceci discutíamos mucho sobre los personajes, defendíamos sus distintas posturas y las diferencias generacionales frente al amor, hasta que un día decidimos escribirla juntos, se dio de manera muy natural y ahí empezó a ir todo para otro lado. Así terminamos en lo del odontólogo, ¡un lugar menos propicio para el romance, imposible!

Noticias: “Empieza con D, siete letras” retoma uno de los tópicos clásicos de la comedia romántica, los opuestos que se atraen. ¿Es una fórmula infalible?

Campanella: Esperemos que sí. Son dos personas con circunstancias muy distintas, él tuvo una relación de toda la vida y enviudó recientemente, pero  la muerte de su esposa es lo que hace que ella esté presente todavía. En cambio el personaje de Fernanda Metilli, que desde ya te digo va a sorprender en los momentos dramáticos, estuvo con alguien con quien soñó una relación para toda la vida, no ocurrió y acaba de separarse. Todo tiene que ver con el romance, pero asoman temas como la vida, la muerte, las segundas oportunidades, en qué momento decidís bajar la cortina o no. Son situaciones complejas que están tratadas con mucho humor y ternura como me gusta a mí. 

Noticias: Scorsese primero tuvo a De Niro y después a Di Caprio. Usted tiene a Eduardo Blanco. ¿Qué fue primero?, ¿el actor o el amigo?

Campanella: ¡Estamos iguales con Scorsese! Ahora es Eduardo, en otro momento fue Ricardo Darín (nos reímos). Nuestra historia viene desde hace mucho, con Fernando Castets a los 21 años hicimos una película en Super 8, salimos a buscar actores por distintos grupos de teatro, en uno conocimos a Eduardo que tenía nuestra misma edad y fue el protagonista. Después, en el 82 estrenamos nuestra primera obra de teatro que se llamó “Off Corrientes” y fue un éxito del circuito independiente, mi amor por el teatro nació ahí. Así se fue construyendo nuestra amistad. Fernando, Eduardo y yo vamos a cenar todos los viernes, tenemos nuestro propio grupo de chat, somos hermanos de la vida ya.

Noticias: ¿Y cómo se llama el chat?

Campanella: “Los tíos”, porque surgió a partir de una consulta que nos estaba haciendo el hijo de Eduardo, así que Fernando Castets y yo nos sentíamos los tíos que nos juntábamos para contestar. Volviendo a “Off Corrientes”, hace poco Fernando encontró el programa de la obra en una caja, era gracioso lo que habíamos escrito, hicimos copias para tenerlo. Antes el programa de mano se pensaba con ingenio y dedicación. La inspiración de eso era Les Luthiers que tenían programas muy originales y la gente los guardaba. 

Noticias: Con respecto a lo que significaban el cine y el teatro, pensaba que antes también uno conservaba las entradas de las obras y de las películas que había visto. ¿Se perdió esa magia? Lo escuché decir que ya no quedan estrellas.

Campanella: La última gran estrella es Di Caprio y ya tiene más de 50 años. Hoy los actores son peones y el sistema del cine se alimenta de estrellas. La otra vez volví a ver con mi hijo “Infierno en la torre”, hoy en día no hay un Steve McQueen ni un Paul Newman. Hay actores interesantes, serios, pero sin esa estelaridad, antes ibas a ver la película y decías: “Deme una para la de Paul Newman”, ahora en las cadenas ya no hay ni boletero. Todo eso es una baja para el cine y para la tele también porque las propuestas son de nicho y no captan todo el público al mismo tiempo. Para ser una estrella necesitás esa película que la gente vea cinco veces o el programa de 30 puntos del que habla todo el mundo al día siguiente. Pero ya nadie va al cine a ver dos veces la misma película ni nos sentamos todos a mirar lo mismo en la tele. Eso va a ser perjudicial.

Noticias: Las series se queman cada vez más rápido, salvo algunas excepciones, sólo son tema de conversación el fin de semana del estreno.

Campanella: Sí, claro, porque la gente ve todos los capítulos uno tras otro hasta terminarla. Reconozco que a mí ya me mal acostumbraron y espero que la suban completa, a veces eso pasa semanas después del estreno y me perdí las charlas de todo el mundo, ya murió cuando llegué (risas). Esa cosa comunal desapareció, ni el noticiero logra eso porque esperamos al recorte que se viraliza en las redes.

Noticias: ¿El humor más simplón que hay en las redes es producto de que hemos ido bajando el precio a las palabras? 

Campanella: El valor de las palabras está un poco perdido. Yo pienso en la musicalidad de las frases, lo trabajo mucho con los actores, porque si es un gag para mí es de partitura. No da lo mismo cómo se dicen las palabras, porque si se cambia la música se pierde el chiste y si se pierde el chiste parece una pelotudez lo que está diciendo el tipo (risas). Si una ironía no te hace reir es crueldad. Es importante conservar el valor de las palabras, su melodía, el lugar donde van los acentos. 

Noticias: Sabemos que está trabajando en la serie de Mafalda, que escucharon más de 800 voces y que tienen elegidas a casi todas. Le tengo que hacer un pedido, cuídeme a Manolito…

Campanella: (Se ríe). Pasaron cientos de actores, pero cuando encontrás lo que estás buscando, a las dos palabras te das cuenta de que esa es la voz del personaje. Como soy muy fan de Mafalda sabía que vivir o morir dependía de las voces, de la ironía y del sarcasmo que puedan manejar los actores. Manolito es un genio y es un personaje re difícil, además ya no quedan almaceneros gallegos, ahí hay que hacer una suspensión del verosímil. Tenemos un capítulo donde el drama de Manolito es el super chino que le pusieron en la otra cuadra, se desespera, hace lo imposible por fundirlo, después Mafalda media por la paz entre los dos. Hay que tener mucho cuidado, porque en esta primera temporada son todos personajes originales de la tira, pero en un futuro nos gustaría inventar un personaje nuevo que sea el chinito, hijo del dueño del supermercado.

Noticias: Hace unos días tuiteó emocionado el homenaje de Chris Martin a Dick Van Dyke. ¿Cuando va al cine sigue siendo un buen espectador?

Campanella: Es que Dick Van Dyke y Chitty Chitty Bang Bang son mi infancia, el tipo superó su alcoholismo, vivió mil vidas y sigue de pié. En el cine lloro de emoción, nunca de tristeza. Las películas tristes no me gustan y las evito como loco, una experiencia que no voy a volver a pasar en mi vida es ver otra vez “La decisión de Sofía”, para sesiones de tortura voluntaria con una vez alcanza (se ríe). Las películas que más me gustan son aquellas donde está en peligro la dignidad, más que la vida, soy muy fanático de “Rocky”, por ejemplo. 

Noticias: ¿Y este año en los premios Oscar lloraremos porque la competencia viene flojita o tiene alguna candidata?

Campanella: Estamos más para los “Premio Consuelo” (se ríe), pero ¿sabés cuál vi hace poquito y es buenísima? “Cónclave”, para mí Edward Berger es actualmente el mejor director vivo. Vimos “Sin novedad en el frente” con mi hijo y no lo podíamos creer, es una obra maestra. Después de que la película le ganó el Oscar a “Argentina, 1985” lo llamé a Ricardo Darín y le dije: “No se pongan mal porque perder contra esto está bien”. Cuando nosotros ganamos con “El secreto de sus ojos” tuvimos más suerte, no nos tocó algo así.

Noticias: Para cerrar déjeme decirle que hablamos de todo sin hacer esas preguntas malditas como “¿Está noviando?” o “¿qué le diría al Campanellita chiquito?”

Campanella: Igual para esa última tengo una respuesta, al Campanella chiquitito le diría que se deje de joder (risas).

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