El Gobierno de Javier Milei le pidió explicaciones a Chile por la irrupción de un helicóptero militar de ese país en el espacio aéreo argentino. La consulta diplomática la hizo Cancillería.
El incidente ocurrió el viernes a la tarde. Tuvo lugar a las 17.40 en el Paso Internacional Rodolfo Roballos, en el noroeste de Santa Cruz, a 530 kilómetros de Río Gallegos y a 120 kilómetros del límite con Chubut.
El aviso fue de Gendarmería y las negociaciones por la supuesta violación del espacio aéreo las lleva adelante Cancillería. Fuentes oficiales le dijeron a Clarín que la presencia del helicóptero no fue captada por los radares, sino por personal de Gendarmería y que luego el reporte siguió su camino hasta la cartera que lidera Gerardo Werthein. «Se pasaron 20 metros, nada más», le bajaron el tono desde el Gobierno.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, en tanto, se encuentra recabando información para responderle al gobierno argentino. «La consulta acaba de llegar, La respuesta no tiene plazo, pero se está abordando», le dijeron fuentes del gobierno de Gabriel Boric a este diario.
El incidente se produce en medio de protestas del presidente chileno por calificativos que utilizó Luis Caputo para hablar de él. El ministro de Economía lo tildó de «comunista» y lo acusó de «hundir a su país». Incluso Milei compartió en sus redes sociales un mensaje de apoyo a las declaraciones de Caputo: «Poniendo zurdos en su lugar», adjuntó el libertario.
Por ese caso, Cancillería de Chile mandó una nota de protesta a Buenos Aires. En tanto, Boric dijo en un acto: «Hay que tener un poquito más de humildad porque nosotros los presidentes pasamos pero las instituciones y los pueblos quedan. Yo no me voy a referir con adjetivos ni insultos hacia el presidente de Argentina como él está acostumbrado a hacerlo. Yo prefiero hablar en positivo».
En junio pasado, el gobierno de Milei y el de Boric se habían trenzado en otro episodio diplomático. En ese entonces, fue por unos paneles solares que la Argentina montó por error en territorio chileno.
Los paneles -dos módulos de 60 metros cuadrados cada uno- empezaron a ser colocados en febrero. En abril quedaron activados para abastecer de electricidad a un destacamento de la Armada. Uno de ellos quedó tres metros adentro del territorio de Chile.
Tampoco los militares trasandinos lo advirtieron en ese primer momento. Recién dos meses más tarde, tras la protesta de grupos nacionalistas, se hizo público el problema. Hasta entonces, las cancillerías de ambos países estaban dialogando para solucionar el asunto.
El lugar en el que se produjo el diferendo es casi inhóspito. El Puesto de Vigilancia y Control de Tránsito Marítimo Hito 1 se encuentra a metros del acantilado conocido como Cabo Espíritu Santo y en la boca oriental del estrecho de Magallanes. Es el punto inicial de la frontera entre Argentina y Chile en la isla de Tierra del Fuego. Allí, los cercos que limitan a los dos países son de madera y algo sinuosos.
El sábado 15 de junio, cuando se saludaron en la cumbre por Ucrania de Suiza, Boric le pidió a Milei que los corrieran, y el argentino le dijo que lo haría. Pero el lunes, el chileno salió mandó una advertencia desde París: «O los sacan ellos o los sacamos nosotros».
Tres días más tarde, por orden del ministro de Defensa, Luis Petri, la Armada desmanteló los paneles solares. De esa tarea participaron 11 militares de la Armada y 5 trabajadores de la empresa que donó el equipamiento (Total Energy) y de la que los instaló (Auster).