RÍO DE JANEIRO.– Fue un encuentro de alto nivel, tanto en el plano comercial, como en lo político y lo estratégico. Javier Milei convocó a buena parte de su gabinete a Río de Janeiro para mantener un encuentro bilateral con Xi jinping y una delegación de funcionarios chinos en los márgenes del G20. El Gobierno comunicó que la reunión buscó promover “la cooperación constructiva y la ampliación de las relaciones comerciales entre ambos países” en lo que consolida un giro pragmático del Presidente en relación con el gigante asiático.
Así, en menos de cinco días, Milei pasó de formar parte de la exclusiva gala celebratoria del triunfo de Donald Trump en Palm Beach a encontrarse mano a mano con Xi Jinping, el otro polo de la principal guerra comercial del mundo. Pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, el Presidente se siente habilitado a profundizar sus lazos con el gigante oriental.
Durante el encuentro, China expresó su interés en incrementar el comercio con la Argentina, mientras que los funcionarios del Gobierno señalaron que pretenden aumentar su oferta de exportaciones al mercado chino. Ambas países acordaron trabajar “en el desarrollo de proyectos conjuntos que beneficien a ambas economías”.
Se fortaleció, en tanto, el lazo político. Xi invitó a Milei a China y el Presidente lo retribuyó al ofrecerle una visita al país. “Estas visitas se realizarán en plazos y términos a acordar entre ambas cancillerías”, rezó el comunicado oficial.
El jefe del Estado no se acercó a la tercera sesión de la Cumbre de jefes de Estado en el Museo de Arte Moderno (MAM). Su primera parada del día, en cambio, fue en el hotel Sheraton de Leblon, para encontrarse con el presidente de la potencia asiática y abordar una cargada agenda de intereses comunes.
Para este punto alto en la agenda presidencial, a Brasil viajaron varios ministros para sumarse a la comitiva que ya integraba Milei con su hermana, Karina, y el canciller Gerardo Werthein. En el encuentro -que tuvo lugar en el hotel Sheraton de Leblon- entre delegaciones estuvieron Luis Caputo (Economía), el titular del Banco Central, Santiago Bausili; Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación del Estado) y Luis Petri (Defensa).
Del gabinete económico de Caputo estuvieron el viceministro de Economía, José Luis Daza; el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno y el viceministro de Energía, Daniel González. También estuvieron los vicejefes de Gabinete, Lisandro Catalán (Interior), y José Rolandi (Ejecutivo); y el vocero presidencial, Manuel Adorni.
El volumen de la reunión dejó entrever que las conversaciones no abordaron solo la cuestión económica, si bien la intención de abrir mercados es el principal interés de la Argentina en su giro pragmático para acercarse a China. La decisión china de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), las compras de soja argentina y el posible nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son las razones que lo llevaron a Milei a protagonizar este acercamiento con el gigante asiático.
La semana pasada, sin ir más lejos, Pazo visitó China y mantuvo encuentros con autoridades gubernamentales e inversores. Allí, el funcionario le acercó a los asiáticos los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para las empresas chinas.
China, por su parte, pretende reanudar las negociaciones para avanzar con la construcción de dos represas en Santa Cruz que están paralizadas desde hace casi un año. Las empresas encargadas de la obra (Gezhouba, Eling e Hidrocuyo) argumentan que la parálisis obedece a la falta de financiamiento, que depende del acuerdo entre el Gobierno y China.
Hace meses que la Casa Rosada viene exhibiendo interés en China, en lo que representa un desafío para la diplomacia argentina que, pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, se siente habilitada a exhibir pragmatismo en el plano comercial. Milei mantuvo su reunión bilateral con Xi Jinping -estaban previstos 20 minutos- mientras el sherpa argentino, Federico Pinedo, ocupaba la silla argentina en la tercera y última sesión de la Cumbre, enfocada en el desarrollo sustentable y la transición energética.
El Presidente fue mutando su discurso a lo largo de los últimos meses: si en la campaña prometió no hacer negocios con “comunistas”-en alusión a China- en sus últimas apariciones públicas tildó al país como “un socio comercial muy interesante”. “No exigen nada, lo único que piden es que no los molesten”, le dijo Milei a Susana Giménez semanas atrás.
Tras una primera jornada cargada de intrigas en el G20 por el ambivalente posicionamiento del gobierno argentino de cara a la documento final de la Cumbre, que finalmente Javier Milei suscrbió, el Presidente, además, tendrá una reunión con el primer ministro indio, Narendra Modi, y se verá con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
En las últimas semanas, tanto Milei como su hermana, Karina, comenzaron a mostrar interés en viajar a Pekín. A esta hora, es probable que esas misiones se hagan: el encuentro bilateral de algún modo se anticipó con la cita que los reúne a ambos en Río de Janeiro por el G20.
En Washington hoy hay un ojo en la relación de Milei con China. Allí ven con preocupación que las cadenas de valor en muchos países de América Latina son muy dependientes del gigante oriental y que hay inversiones chinas en infraestructura estratégica que pueden implicar vulnerabilidades en términos de seguridad nacional para los países de la región. La distinción, a los ojos de los Estados Unidos, es entre el plano comercial y lo potencial influencia militar.
En el G20, Milei orientó sus reuniones bilaterales con los países que no están en el eje occidental. Después de China, llegará el turno del encuentro con su par de India en una conversación en la que los intereses son eminentemente comerciales dado que para el Gobierno es imposible soslayar a Asia como cliente de los productos argentinos.
Modi es uno de los representantes del “sur global” que, reunidos en el grupo de los BRICS, junto a Vladimir Putin, pretende instalar un nuevo orden mundial. Apenas asumió, Milei comunicó formalmente al grupo de los BRICS, que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, su rechazo a la incorporación de la Argentina en este foro internacional. Retrocedió así con los avances que en ese camino había tenido su predecesor, Alberto Fernández.
Recientemente, el embajador de la India en la Argentina, Dinesh Bhatia, ratificó el interés de su país en la compra de gas natural licuado (GNL). Una empresa de origen indio, en tanto, firmó recientemente un contrato para realizar estudios de factibilidad para la extracción de litio en la provincia de Catamarca. Para la Argentina, en tanto, la oportunidad está en aumentar la exportación de productos agropecuarios hacia la India.
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