El ministro de Defensa de Israel aseguró que habrá una represalia tras el ataque iraní del 1° de octubre. Netanyahu mantuvo una conversación con Biden para tratar la respuesta militar.
Hoy 20:07
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmó este miércoles que la represalia ante el ataque iraní del pasado 1 de octubre será «potente, precisa y, sobre todo, sorprendente». Gallant, durante su visita a la dirección de Inteligencia del Ejército israelí, señaló que «no entenderán qué ha pasado y cómo ha sucedido», refiriéndose a la ofensiva que se avecina.
El ataque de Irán, que consistió en el lanzamiento de 180 misiles balísticos hacia Israel, fue calificado como “agresivo” pero no del todo preciso por el ministro. A pesar de la magnitud del bombardeo, las defensas israelíes lograron interceptar la mayoría de los misiles.
Detalles del ataque iraní:
La ofensiva iraní causó la muerte de una persona, un palestino en Jericó, luego de que restos de un misil interceptado cayeran sobre su ubicación. Aunque varios misiles lograron impactar cerca de instalaciones militares en el sur y centro del país, como las bases de Nevatim y Tel Nof, todas las operaciones continuaron sin interrupción.
“La Fuerza Aérea sigue ilesa, todas las pistas están operativas, nuestras actividades continúan, ni un solo avión resultó dañado, ni un soldado o civil israelí fue herido”, declaró Gallant, sin hacer mención a la víctima palestina.
Conversación entre Netanyahu y Biden:
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sostuvo una conversación telefónica de aproximadamente 50 minutos con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, este miércoles. Durante la llamada, ambos líderes discutieron la represalia que Israel llevará a cabo contra Irán. Sin embargo, no se revelaron detalles específicos sobre el contenido de la charla.
El ataque masivo del 1 de octubre por parte de Irán activó las alarmas en todo el territorio israelí, lo que obligó a millones de ciudadanos a buscar refugio. Las autoridades iraníes justificaron la ofensiva como una venganza por la muerte de dos altos líderes: Hassan Nasrallah, de Hezbollah, y el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh. Ambos habrían fallecido en operaciones que Israel no ha confirmado ni desmentido.