Recientemente, el mercado residencial de lujo de Florida se conmocionó al conocer la venta de una propiedad ubicada en La Gorce Island, frente a la Bahía de Biscayne. A poco de suceder la operación inmobiliaria, el mundillo del real estate de los Estados Unidos se convirtió en un hervidero. Y no era para menos, se trataba de una transacción de US$132 millones, la cual fue dividida entre dos compradores. Pero la concreción del acuerdo no fue sencillo.
La propiedad de casi 1214 hectáreas – y que había sido de M. Lee Pearce (un médico y filántropo) hasta su muerte en 2017– había ingresado, hace un tiempo, al mercado con un valor mucho más importante. Por aquel entonces, la impactante mansión había irrumpido con una cotización que rondaba los US$170 millones. Después de ser ofrecida por portales especializados y mostrada -sin éxito- por importantes brokers fue retirada de la comercialización.
Un análisis del mercado y del contexto económico obligaron a los especialistas a considerar un ajuste. Luego de una gran evaluación, la vivienda regresó al mercado con un valor y una propuesta más acorde a estos tiempos. La nueva estrategia de comercialización proponía una segmentación de la propiedad. Así fue como el inmueble fue subdividido en cuatro lotes, los cuales podrían comprarse en block o bien de forma separada. Para esta última posibilidad, las cotizaciones variaban desde los US$23 millones hasta los US$51 millones por división. Sin dudas, esta nueva propuesta comercial resultó exitosa. Según se dejó saber, tres de esas áreas fueron adquiridas por un mismo comprador. Éste se quedó con dos parcelas que tienen construcciones, las cuales serán demolidas, el terreno restante cuenta con un impactante parque privado.
El segundo comprador se quedó con el lote que cuenta con la edificación de mayor dimensión e importancia.
Pearce, que vivió por décadas y hasta su muerte en el lugar, había comprado la propiedad en los años 80 luego de desembolsar una cifra cercana a los US$3,1 millones.
Desde su adquisición, el doctor, un reconocido filántropo, realizó una serie de importantes reformas. Una de las más notorias fue la reconversión de un garage en una sofisticada cava de vinos, la cual tenía una capacidad para 5000 botellas. Otra reforma significativa fue la demolición de una propiedad para aprovechar el terreno, instalando allí un imponente parque privado.
Como se sabía, Pearce era un amante del teatro y de las artes, en general, a tal punto que en la propiedad llegó a construir un teatro privado donde se llegaron a realizar inolvidables funciones privadas, dignas de las mejores galas teatrales el cualquiera de las principales ciudades norteamericanas.
Según dieron a conocer desde la Fundación Dr. M. Lee Pearce, los ingresos generados por esta venta serían destinados a la fundación, la cual tiene como objetivo apoyar las investigaciones médicas y la promoción de la música clásica.
Los brokers de Florida sostienen que ese rincón de los Estados Unidos está atravesando un gran momento inmobiliario, ya que allí se registraron una alta cantidad de operaciones de gran envergadura, como las que se registraron en Tarpon Island (en Palm Beach) y un ático en la Colección Privada de Shore Club en Miami Beach, ambos llevaron a cosechar cifras superiores a los US$120 millones.