Hay una simplificación en la que resulta fácil caer. Se trata de generalizar el empleo en el Estado, algo así como pintar a todos iguales, pese a que hay una enorme variedad de trabajos, obligaciones, y por supuesto, salarios. Justamente, cuánto gana cada uno se ha tornado, en estos días, en uno de los temas de debate que le ha propuesto el presidente Javier Milei a la sociedad.
La primera conclusión es que el mejor trabajo estatal es en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). La poderosa agencia es la que paga los mejores sueldos, que llegan a cuadruplicar el de los empleados peor pagos del Estado, los que pertenecen al ahora indefinido Inadi, cerrado, pero no tanto, por el Presidente.
Ahora bien, si quien no logró que el favor político lo instale como recaudador de impuestos, pues hay otro aspiracional dentro del empleo público: la Administración Nacional de la Seguridad Social: la Anses. Allí, justo en el lugar donde se liquidan los haberes de los jubilados, que estarían en la parte más baja de esta pirámide, se pagan los segundos salarios más altos.
El podio se completa con un tapado: el Ente Nacional de Regulación del Gas, el Enargas. El salario promedio de los 756 empleados que trabajan allí sólo es superado por los recaudadores y los pagadores de jubilaciones, pensiones y beneficios de la seguridad social. El resto, no llega a la remuneración de ellos.
LA NACION accedió a una extensa auditoría del Estado que realizó la Sindicatura General (Sigen) a pedido de Milei. El 29 de diciembre, el Presidente y Posse firmaron el decreto 126 mediante el que se pidió que este organismo de contralor (que, dicho sea de paso, está décimo en el ránking de los que más cobran) realice una auditoría en el plazo de 30 días hábiles “que contenga la información necesaria para establecer un corte por cambio de administración al 7 de diciembre de 2023″, dice la norma.
Ese trabajo contiene un repaso de varias cifras, entre ellas el cálculo de los “haberes promedio estimado bruto”, tal como lo denomina la Sigen, de acuerdo al sueldo de noviembre de 2023. De acuerdo a lo que se aclara en cada uno de los informes, ese monto surge de dividir la partida destinada a haberes por la cantidad de empleados en la nómina. Ese es el dato oficial promedio que LA NACION tomó de base para el cálculo. Luego, se aplicaron los aumentos que negoció la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), y de esta manera, se actualizaron para llegar al monto actual.
Actualizaciones salariales
Desde noviembre, fecha del corte de la información oficial, UPCN negoció un 9% de aumento a partir del 1º de diciembre de 2023; 16% a partir del 1º de enero de este año; 12%, desde febrero y 8% en marzo. Es decir, si se aplican y se acumulan, desde que asumió Milei la recomposición salarial fue de 52,5%. Ese es el porcentaje que se utilizó para el cálculo actualizado.
Ahora sí, a los números. Como se dijo, los mejor remunerados son quienes integran la nómina de la AFIP. La poderosa agencia de recaudación es una verdadera elite, ya que el sueldo promedio bruto de cada uno de los 22.108 empleados asciende a 3.497.267 pesos mensuales, de acuerdo a los datos oficiales y actualizados por el convenio de UPCN. Es decir, el cálculo está realizado con un escenario de mínima. Un dato más: desde enero a noviembre del año pasado se incorporaron al organismo 1250 empleados, lo que significó una expansión de 5,66% del total.
Detrás de la AFIP aparece la Anses como el segundo mejor pagador de la Administración Pública Nacional. Entre todas las dependencias trabajan 13.970 empleados que tienen un sueldo promedio de 3.182.983 pesos mensuales. Como se dijo, el podio lo completa el Enargas, un ente de control que tiene 756 empleados que en promedio ganan 2.974.110 pesos mensuales, cada uno. Sus primos del Ente Nacional de Regulación de la Energía (ENRE) no tienen la misma suerte ya que son muchos menos (414) y el haber promedio es de 1.266.288 pesos.
La discusión sobre los sueldos en el Estado se instaló en la agenda pública a fines de febrero, cuando los presidentes de ambas Cámaras, Villarruel (Senado) y Martín Menem (Diputados), dieron marcha atrás con la actualización de las dietas que habían habilitado a fines de febrero al firmar, con un aumento de casi el 30%, la paritaria de los empleados del Poder Legislativo.
Unos días después, se conoció que el Presidente, los ministros y altos funcionarios del Estado habían recibido una suba del orden del 48% de sus sueldos, a contramano del discurso de austeridad que empuja la Casa Rosada. La reacción, además de revertir la medida, fue la inmediata salida del secretario de Trabajo, Omar Yasin, a quién Milei sindicó como el responsable de aquella decisión.
Sin embargo, en la sesión de la semana pasada, los senadores aumentaron sus ingresos mediante una resolución que aprobaron sobre tablas en escasos segundos. Esa norma estableció que a partir de mayo los senadores percibirán 13 dietas anuales (eran 12), cada una equivalente a 2.500 módulos, a los que se suman 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo. Un módulo, que tiene un valor de $1.668 desde febrero, es la unidad con la que se calculan los sueldos de los empleados legislativos. Así las cosas, un senador que tenga los tres items tendrá un ingreso mensual bruto de 6,67 millones de pesos.
El ministerio que mejor paga a su planta es el de Relaciones Exteriores. Dentro del informe que realizó la Sigen aparecen dos importes, uno para los que trabajan en el país y otros para los que están basados en el exterior. De acuerdo a los datos oficiales, los 2175 que están dentro de las fronteras ganan en promedio 2.516.987 pesos brutos, mientras que los que prestan servicios en las embajadas (751) reportaron ingresos por 14.634 dólares mensuales, siempre brutos.
Los otros organismos que completan los que mejor pagan son la Superintendencia de Seguros ($2.385.538), el Inprotur ($2.148.466), el Tribunal Fiscal de la Nación ($1.976.405) y la Junta de Seguridad en el Transporte ($1.949.228). El que sigue en la lista es el PAMI, un organismo que tiene 14.307 empleados que tienen un sueldo promedio de $1.798.495.
Después de estos organismos viene un lote mayoritario donde se encuentran la gran mayoría de los entes que conforman la Administración Pública Nacional. Alrededor de 105.000 empleados tienen ingresos entre un millón de pesos y 1,6 millones.
Entre los que están más arriba en esa escala se encuentran el Banco de Datos Genéricos, Vialidad Nacional, el ente que controla el contrato de Aeropuertos Argentina 2000 (Orsna), que tiene 268 empleados con sueldos promedio de 1,56 millones de pesos, la Autoridad Regulatoria Nuclear, el Instituto de Desarrollo Pesquero y la Procuración del Tesoro, entre otros.
El lote del medio, de los que están cerca del millón de pesos están el Instituto Nacional del Agua, los exministerios de Desarrollo Territorial, Desarrollo Social y de Turismo, la Administración de Parques Nacionales, la Universidad Nacional de la Defensa y la secretaria de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Debajo del millón de pesos están los que menos ganan en el planeta del empleo público. De hecho, hay algunos rangos que sorprenden. El exministerio de Salud, ahora con el rango de secretaría y dependiente de la cartera de Capital Humano que maneja Sandra Pettovello, es uno de los peores pagadores. Trabajar en la salud es mucho menos rentable que recaudar impuestos.
Trabajar en los hospitales públicos que están dentro de la APN es de los empleos menos rentados. Por caso, el Instituto Nacional del Cáncer (203 dependientes), el Hospital Baldomero Sommer, un nosocomio ubicado en General Rodríguez que se especializa en lepra (1126) y el Hospital Ramón Carrillo (959) pagan sueldos de alrededor de 965.000 pesos promedio bruto, mientras que los que prestan tareas en el área administrativa reportaron ingresos por 700.734 pesos. Dentro de los hospitales con más altos ingresos se ubica el Posadas, con salarios de 1.256.107 pesos. Algo queda claro, es mucho más rentable pertenecer a la administración de la salud, como por caso el PAMI o la Superintendencia del área, que trabajar en el fragor de un hospital.
Otros dos organismos que están debajo en el ranking son la Caja de Jubilaciones de la Policía Federal y Instituto de Obra Social para las Fuerzas Armadas, ambos con sueldos que promedian entre 550.000 y 590.000 pesos. Finalmente, el peor pago: el perecido Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). Al 7 de noviembre pasado, trabajaban en ese lugar 412 empleados de los cuales sólo 99 son de planta permanente, mientras que el resto son contratados con diferentes modalidades. “Los expedientes mediante los cuales se tramitan las liquidaciones de haberes carecen de la suficiente documentación de respaldo, lo que imposibilita el análisis sobre la correcta imputación de los montos abonados. Asimismo, se advierten pagos de retenciones de ganancias que fueron depositados con posterioridad a que se practicara la deducción”, dice la Sigen respecto del organismo que Milei dijo cerrar. Más allá del anuncio presidencial, el sueldo bruto mensual asciende a 461.898 pesos, con lo cual se convierte en el peor pago de toda la Administración Pública.
En Incaa, otro de los lugares donde se ha instalado la polémica, tiene 1086 empleados y dispone de 48 autos para que se muevan sus funcionarios. Allí hay sueldos promedio de 942.351 pesos, actualizados a diciembre. El Conicet, con 16.831 anotados entre planta permanente y contratados, declaró sueldos por 1.155.456 pesos.
Como se ve, no hay actividad más rentable en el Estado que recaudar impuestos. De hecho, llegar a la AFIP se ha convertido en un aspiracional para gran parte de la administración pública. Tal es la potencia remunerativa del organismo que es elegible, incluso, frente al sector privado. Sólo para comparar. de acuerdo al informe de Situación y Evolución del Trabajo Registrado (SIPA), que realiza el Ministerio de Trabajo, la remuneración media del sector privado tuvo fue de 755.952 pesos en enero, último dato oficial. Habrá que sumarle algunas actualizaciones de estos meses, con lo que quedaría algo por encima del millón de pesos. Ese monto quedaría en el tercio de abajo de los sueldos del Estado. Cerca, muy cerca, de los empleados públicos que peor ganan.