Tres días después de la elección general del 22 de octubre, CB Consultora Opinión Pública arrancó un relevamiento para medir cómo estaban Sergio Massa y Javier Milei en la provincia de Córdoba de cara al balotaje. El sondeo lo había pedido el gobernador local, Juan Schiaretti, quien venía de quedarse afuera de la disputa presidencial.
La intención del mandatario no tenía mucho misterio: Schiaretti quería confirmar ciertos datos para ver si mantenía su postura prescindente o se jugaba por alguno de los candidatos que disputarán la segunda vuelta del 19 de noviembre.
Como contó Clarín, Schiaretti se encuentra en una posición particular: por su origen peronista, inmediatamente uno podría asociarlo con Massa; pero el raigambre anti K de los cordobeses lo empuja hacia el lado opositor.
La postura del gobernador, quien mantuvo equidistancia pública, tiene un interesante precio en votos: en la primera vuelta, quedó segundo en su provincia (debajo de Milei) con unos 770.000 sufragios (33,5%). Fue casi la mitad de lo que sacó a nivel nacional.
Volviendo a aquella primera encuesta de CB le dio mal pero no tan mal a Massa: en una proyección de votos afirmativos, quedaba en 29,1% contra 70,9% del libertario. Una proporción similar a la que había sacado Daniel Scioli allí en 2015, en su propio mano a mano presidencial frente a Mauricio Macri.
Antecedentes, la visita y la segunda encuesta
En la PASO de este año, en la que terminaron terceros junto a su rival interno Juan Grabois, Massa no había llegado a los dos dígitos en Córdoba. Apenas consiguieron un magro 8,6%. Fue uno de los síntomas más elocuentes de su mal resultado en la primaria.
Pero en la elección general del 22-O, Córdoba también fue muestra del repunte que lo dejaría primero a nivel nacional. El candidato de Unión por la Patria, ahora como único representante partidario, creció a 13,4%. Mejor, pero obviamente con margen para seguir subiendo.
Por eso, esta semana Massa decidió trasladarse un par de días a Córdoba, donde Milei ganó en ambas tandas este año, repitiendo un 33 y pico por ciento.
En su visita a la provincia, el ministro se mantuvo en el libreto que le dictan sus asesores brasileños y agitó la campaña del miedo contra su rival: dijo que si ganaba el libertario aumentarían el transporte y la luz.
Y tiró un palazo más. Al fleje: «A Milei le parece una mierda el cuarteto y a mí me encanta bailarlo», comparó y abrió una insólita polémica con el economista, que replicó recordando unos videos de un acto de campaña donde la música de fondo es un tema de Rodrigo. Alta política.
En medio de la pelea, por las dudas, Schiaretti volvió a pedir una medición. Y a Massa no le fue bien. Del 29,1% proyectado de voto afirmativo bajó a 26,7% (2,4 puntos menos). Al ser un cara a cara, Milei creció en igual medida: de 70,9% a 73,3%.
Los dos relevamientos también midieron con blanco/nulo e indecisos. En el primer sondeo, con entrevistas entre el 25 y el 27 de octubre, Milei sumaba 61,4%, Massa 25,2%, blanco/nulo 8% y no sé 5,4%. En el segundo, hecho el 6 y 7 de noviembre, obtuvieron 64,5%, 23,5%, 6,9%y 5,2% respectivamente.
No está claro si incidió en los números, pero sí está claro que cayó como un balde de agua fría al equipo de campaña oficialista la crítica que le hizo Schiaretti a Massa por su apoyo al juicio política contra la Corte Suprema de la Nación que se lleva a cabo en el Congreso. Dos diputados que responden al ministro/candidato forman parte de la comisión que viene acusando a los jueces.
Para terminar de entender el peso de Córdoba en el balotaje, vale cerrar con algunos números. Es la segunda provincia con más peso del país, hay unos 3 millones de electores habilitados a votar y la diferencia entre Massa y Milei en la primera vuelta no llegó a 2 millones: 9.853.492 contra 8.034.990.