La organización de los bloques parlamentarios dependerá en gran medida de lo que ocurra en el balotaje. La coalición opositora se encamina a la fractura en Diputados. Hay peligro de fugas entre los libertarios. El oficialismo también tiene que convivir con su interna.
29 de octubre 2023, 05:32hs
La elección del domingo, aunque todavía falte el escrutinio definitivo, definió los nombres de los cientos de hombres y mujeres que ocuparán una banca en el Congreso al menos entre los próximos cuatro y seis años. Sin embargo, el escenario, sobre todo en la Cámara de Diputados, es de total incertidumbre. Mientras los bloques opositores ya empiezan a crujir, no hay certezas en el parlamento sobre cómo quedarán organizadas las fuerzas desde el 10 de diciembre.
Tras la crisis que desencadenó el resultado presidencial del domingo y la decisión del sector macrista del PRO de acompañar la candidatura de Javier Milei para el balotaje, la lupa quedó fundamentalmente sobre Juntos por el Cambio y sus posibilidades de mantener, aunque sea relativamente, su composición actual. Pero las dudas atraviesan a todos los espacios.
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Como se dijo, el sacudón más reciente se dio en JxC y particularmente en la Cámara Baja. El sector mayoritario del PRO, comandado por Cristian Ritondo, amagó con la posibilidad de emitir un comunicado en el que una treintena de diputados, entre electos y actuales, respaldarían la decisión de dar apoyo a Milei para la segunda vuelta contra Sergio Massa.
Finalmente, esta mañana, cuando ya desde los sectores más moderados de la coalición y del partido advertían que supondría un quiebre definitivo, se decidió dar marcha atrás.
Sería incorrecto, coinciden en los distintos espacios parlamentarios, tomar el resultado del domingo y traducirlo linealmente en una división de bloques. Así, por ejemplo, de acuerdo a la elección, JxC perdió 24 bancas y quedaría con 93 diputados, La Libertad Avanza habría pasado de 3 a 38 diputados, y el oficialismo quedaría en 108, unos 10 menos que los actuales. Todos lejos del quorum de 129 diputados necesarios para abrir una sesión.
“Un triunfo de Massa es una cosa, un triunfo de Milei es otra cosa, aunque no se sabe bien qué cosa. Supongamos que gana Milei: 35 del PRO de Macri podrían querer armar un bloque con los libertarios. El resto de JxC, o al menos la mayoría, no lo va a hacer. ¿Y si pierde, lo arman igual? Difícil que haya vuelta atrás con esto que está pasando, pero es imposible hablar hoy”, señala un importante diputado del sector moderado de la coalición opositora.
En la UCR y en la Coalición Cívica planteaban serias dudas, por otra parte, sobre la posibilidad de que Milei llegue siquiera al balotaje con los 38 diputados que ingresaron a la Cámara Baja en su boleta y que, advierten, al menos un tercio son dirigentes del peronismo residual o lisa y llanamente massistas.
“¿Y si gana Massa suponemos que no va a haber varios radicales que laburen con el PJ? ¿Si ya era difícil hasta ahora que algunos no dieran quorum y tomar posiciones como un bloque de oposición, como les gusta decir ahora ¿Cómo sostenes una unidad así como espacio?”, respondía un hombre del sector más halcón del PRO.
Las dudas sobre el futuro de la Cámara Baja se extendían al oficialismo donde, pese a que el triunfo electoral parece haberlo dejado en un segundo plano, también existen y existieron fuentes internas que quedaron evidenciadas en el terreno parlamentario.
“Si Massa pierde no se puede prever qué va a pasar con ese bloque. Si gana, va a tener que hacer cosas muy jodidas y la Argentina va a estar en una situación jodida. Uno se olvida qué hizo Máximo y La Cámpora con lo del FMI. Es verdad que Massa tiene más cintura, y en el triunfo se llevan bien, pero no los une el amor”, advierte un legislador peronista que no pertenece a ninguna de las grandes coaliciones, un sector con el que gane quien gane deberá negociar.
En el Senado, donde la cantidad de legisladores es considerablemente inferior, el panorama se ve a priori más ordenado. El oficialismo, en caso de un triunfo, quedo en una situación muy favorable para lograr el quorum automático, considerando que el Frente de Todos no solo sumó bancas, sino que senadores que se habían alejado de la bancada oficialista ya confirmaron públicamente su acompañamiento a Massa.
JxC perdió peso y quedó, con 24 senadores, lejos del quorum 37 y reducido en su capacidad para bloquear eventualmente proyectos del oficialismo. Pero logró en los últimos días una foto de unidad, pese a la fisura que provocó a nivel partidario la decisión del macrismo de acompañar a Milei.
A pesar del mal resultado en la elección nacional, la JxC logró este año importantes victorias provinciales y tendrá desde diciembre 10 gobernadores, entre UCR, PRO y armados locales. Los mandatarios buscan constituirse como un nuevo polo de poder interno en torno al cual se ordene JxC y con poder de presión y negociación en el Congreso nacional, sea cual sea el nuevo presidente.