El uruguayo no convierte desde que tuvo su bautismo goleador ante Platense, hace nueve partidos. La suerte también le fue esquiva en la semifinal de ida de la Copa Libertadores.
Hoy 23:52
Edinson Cavani no pudo volver al gol ni hacer festejar a los hinchas que colmaron La Bombonera para el 0-0 entre Boca y Palmeiras, por la ida de las semifinales de la Copa Libertadores. El Matador tuvo tres chances claras esta noche, pero no le alcanzó para cortar una larga sequía de nueve partidos.
Cavani desperdició su primera chance clara en el duelo contra Palmeiras: tuvo un cabezazo en el área y la pelota pasó muy cerca del palo, a los 15 minutos del primer tiempo.
Más adelante, sobre el final de la primera mitad, el goleador uruguayo no pudo aprovechar otra oportunidad que tuvo de cabeza. Nuevamente, el balón se fue apenas desviado.
Ya en el segundo tiempo, Cavani no solo no pudo empujar la pelota a la red en el segundo palo sino que se dobló el tobillo tras un remate cruzado de Valentín Barco que dejó al arquero Weverton casi sin chances de reacción en el rebote.
La sequía que no pudo cortar Cavani
El Matador viene peleado con el arco. Ese goleador intratable que tiene más de 400 tantos (438) en su trayectoria todavía no pudo destaparse y demostrar la jerarquía que lo llevó a ser esa figura estelar en Europa. Los números así lo retratan: ya son nueve partidos que lleva sin festejar. Desde el 18 de agosto, día que rompió por primera vez la red del arco que da espaldas al Riachuelo tras un centro magnífico de Exequiel Zeballos al segundo palo con un cabezazo con el que marcó el 2-1 parcial ante el Platense de Martín Palermo, en la primera jornada del actual certamen local, no volvió a mojar.
Después de aquella noche en el Alberto J. Armando, transcurrieron los cuartos de final ante Racing, la victoria por penales en octavos de la Copa Argentina sobre Almagro y los compromisos con Sarmiento, Tigre, Defensa y Justicia, Central Córdoba y el más reciente con Lanús. En esa seguidilla, Cavani fue titular en seis ocasiones y suplente en dos (no sumó minutos en ninguno), pero no anotó goles.
Más allá de su rol clave jugando de espaldas a un toque y elaborando acciones ofensivas de tres cuartos para adelante, Cavani llegó con los pergaminos de ser un goleador implacable. Sus 379 goles en clubes, sin contar los de la Selección de Uruguay, lo avalan. Todavía no lo logró plasmar en Boca.