Gonzalo Higuaín, el N° 9 implacable que en la selección fue juzgado hasta el tormento

El argentino Gonzalo Higuaín regresa luego de no poder marcar un penal contra Chile en su último partido de fútbol de la Copa América 2015 en el Estadio Nacional de Santiago de Chile Fuente: Reuters – Crédito: MARCOS BRINDICCI Iban 20 minutos del primer tiempo. Toni Kroos salta y cabecea hacia atrás, con la intuición…

Gonzalo Higuaín, el N° 9 implacable que en la selección fue juzgado hasta el tormento

El argentino Gonzalo Higuaín regresa luego de no poder marcar un penal contra Chile en su último partido de fútbol de la Copa América 2015 en el Estadio Nacional de Santiago de Chile Fuente: Reuters – Crédito: MARCOS BRINDICCI

Iban 20 minutos del primer tiempo. Toni Kroos salta y cabecea hacia atrás, con la intuición de que Manuel Neuer recibiría el balón; un modo de empezar la jugada, desde abajo, otra vez. Allí estaba Gonzalo Higuaín, el goleador implacable, que prefiere darle de lleno, después de dos piques. Es el 13 de julio de 2014, el estadio Maracaná, ante unos 75.000 espectadores. Es la final del Mundial, entre la Argentina de Alejandro Sabella y Alemania, la bestia negra. Infalible en esa posición, la pelota termina a un costado del arco. El partido sigue 0-0. Más tarde, el dolor más grande: Mario Götze resuelve el enigma cerca del cierre del tiempo suplementario.

Un año después. El 4 de julio de 2015, en el estadio Nacional, de Santiago, final de la Copa América. Chile y la Argentina empatan sin goles -Pipita tiene una posibilidad, sin ángulo, luego de un pase de Pocho Lavezzi- y, en los penales, otro resbalón. Higuaín patea el balón al cielo.

Un año después. El 26 de junio de 2016, en el MetLife Stadium, ante unos 83.000 espectadores, final de la Copa América Centenario. Chile y la Argentina empatan sin goles -Pipita tiene una posibilidad, un disparo cruzado que roza un palo y provoca un golpazo de Gary Medel con el poste- y en los penales, otro resbalón. El delantero es reemplazado antes de la definición, pero queda marcado. Leo Messi falla uno de los tiros, también falla en las otras finales. Sin embargo -entre tantos otros-, el señalado es el delantero que brilló en Real Madrid, Napoli y Juventus. Burlado, al límite del absurdo. Es una de las caras de una generación extraordinaria en nombres propios -colosales en las ligas de Europa-, que fracasaron en el seleccionado, que no logra un título desde la Copa América 1993. Un siglo atrás.

Se intuía. Higuaín no va a jugar más para la Argentina, luego del descalabro en Rusia 2018. Lo rubricó ayer, a carne viva, en una charla en Fox Sports. “Quiero disfrutar de la vida, quiero ser feliz”, aseguró, más de una vez. Como si el equipo nacional haya sido un tormento en su carrera.


El argentino Gonzalo Higuaín se prepara para disparar sobre el portero chileno Claudio Bravo durante la final de la Copa América Centenario Fuente: AFP – Crédito: DON EMMERT

1) “Mi ciclo ya está, para alegría de muchos; quiero disfrutar de mí y de mi familia”.

2) “Hago lo mismo que ya hicieron otros compañeros -Mascherano, Biglia, entre otros-, así que es hora de que se dejen de preocupar si estoy o no estoy”.

3) “Estuve día a día recibiendo críticas después del Mundial de Brasil. Que alguien juzgue tu trabajo todos los días, que digan que no servís, que sos un fracasado. ¡No es así! Fue directamente un ataque. La crítica constructiva sirve porque te hace ser mejor, pero la que te dicen ‘no servís más, sos un muerto, sos un fracasado’, esa crítica no sirve”.

4) “Ojo que disfruté de la selección… Pero hay gente que se acuerda de los goles que erraste y no de los que metiste. Todos los que criticaron los goles que no hice deben haber gritado el gol que le hice a Bélgica para pasar a las semifinales del Mundial de Brasil, ¿no? Nunca le hice mal a nadie”.

Sus números son destacados. Como todos los datos, marcan apenas una parte de la realidad. Anotó 31 goles en 75 partidos en el seleccionado, en todas las competencias y amistosos. Cinco fueron en Mundiales. Tiene un promedio de 0,41 gol por partido. En las eliminatorias consiguió 11 tantos en 22 encuentros. Es el tercer máximo goleador del seleccionado de este siglo, solo superado por Lionel Messi, con 65, y Sergio Agüero, con 39. Chile y Venezuela, con 4, son los adversarios que más lo sufrieron. Todos los entrenadores se inclinaron sobre su potencial. Lionel Scaloni lo llamó, tiempo atrás, para saber en qué andaba. “Estoy más cerca del no que del sí”, le contestó.


Higuaín en el famoso mano a mano en la final contra Alemania en Brasil 2014 Fuente: EFE – Crédito: THOMAS EISENHUTH

Fue padre hace diez meses de Alma y, como a cualquier sujeto, le cambió la vida. Quiere ser feliz, más allá de memes, goles y millones. A los 31 años participa poco de Chelsea, luego de un breve paso por Milan. Voló siendo un niño de River a la Casa Blanca. Había anotado 15 goles en 37 partidos: el 8 de octubre de 2006, le convirtió dos -el primero, de taco- a Boca, en un triunfo por 3 a 1. Tenía 18 años.

En Real Madrid anotó 121; en Napoli, 92; en Juventus, 55. Nació en Francia, porque Jorge, su padre, jugaba en Brest. Logró 12 títulos, distinciones, reconocimiento mundial. Los 8 años en el seleccionado se colaron como un puñal. Un festín de burlas hirientes. Ideal para las redes sociales. Días atrás, charlando con su hermano Nicolás -Federico, su otro hermano, también es futbolista-, recordaba las tardes de pelota por Belgrano y reflexionaba: “Logré lo que jamás había soñado”. La selección fue la única pesadilla.

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